El 18 de septiembre no es solo una fecha más en el calendario. Gracias a la proclamación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2019, se conmemora desde 2020 el Día Internacional de la Igualdad Salarial. Pero, ¿qué significa y por qué es esencial?

La importancia radica en el propósito fundamental: subrayar la necesidad de que hombres y mujeres reciban igualdad salarial por un trabajo de igual valor. A pesar de los avances en diversas áreas, a nivel global, las mujeres continúan ganando, en promedio, 23% menos que los hombres.

Este panorama se agrava aún más con la persistencia de desigualdades históricas y estructurales. La pobreza, las diferencias de poder y la falta de acceso a oportunidades agravan las desventajas que enfrentan muchas mujeres en diferentes contextos.

No obstante, hay esperanza. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 establecen, entre sus prioridades, la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y mujeres. Esto se traduce en impulsar un crecimiento económico que garantice la equidad salarial para todos, independientemente de su género, edad o condición.

Pero, ¿qué entendemos por igualdad salarial? Se trata del derecho inalienable de que hombres y mujeres reciban una remuneración similar por un trabajo que tiene el mismo valor. Dicho valor se mide según competencias, condiciones laborales, calificaciones y responsabilidades.

Como precedente histórico, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1951, se instauró un Convenio sobre Igualdad de Remuneración. Este convenio, pionero en su tipo, buscó enfrentar la evidente discriminación laboral que enfrentaban las mujeres, quienes, a raíz del conflicto, ocuparon papeles protagónicos en la producción de muchos países.

La lucha por la igualdad salarial no es únicamente una cuestión económica. Se enmarca dentro de los derechos humanos y la búsqueda de una igualdad de género real. Afortunadamente, organismos como la ONU, ONU Mujeres, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otras instituciones trabajan incansablemente para hacer de esta meta una realidad.

Destaca, por ejemplo, la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial (EPIC, por sus siglas en inglés). Liderada por OIT, ONU Mujeres y otros colaboradores, busca cerrar la brecha salarial entre géneros. EPIC representa una alianza global que convoca a diferentes sectores para lograr un progreso significativo en esta materia.

En resumen, el 18 de septiembre es un recordatorio de que aún queda mucho por hacer, pero también es un reflejo del compromiso mundial para avanzar hacia un mundo más justo y equitativo. Es una fecha para reflexionar, actuar y, sobre todo, para unir esfuerzos en pro de la igualdad.