Greg Abbott, el gobernador de Texas, ha reafirmado su posición y anunciado que no retirará las boyas instaladas en el río Bravo, que sirve de frontera con México. Esta decisión surge a raíz de la orden emitida por el Departamento de Justicia del Gobierno federal estadounidense, la cual solicitaba la eliminación de las barreras.
En una carta dirigida al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, Abbott expresó su postura en respuesta a la petición del Departamento de Justicia. En la misiva, el gobernador subrayó el derecho de Texas a asegurar la frontera y enfrentar la crisis que considera ha sido causada por la falta de aplicación de la legislación federal en materia migratoria.
La política de fronteras abiertas fue señalada como un factor que impulsa a los migrantes a arriesgar sus vidas cruzando ilegalmente el río en lugar de buscar opciones seguras y legales. Abbott hizo hincapié en la preocupante cifra de muertes registradas en la frontera, recordando que la ONU ha designado esta área como la más peligrosa del mundo, con 728 fallecimientos en el año 2021.
El gobernador de Texas también enfatizó la necesidad de proteger a los ciudadanos de drogas mortales como el fentanilo, la violencia de los cárteles mexicanos y el tráfico de seres humanos. La decisión de mantener las boyas busca evitar el ingreso ilegal de personas y mercancías peligrosas al estado.
La comunicación federal emitida el pasado jueves exigía a Texas retirar las barreras antes del lunes a las 14:00 horas, hora local. Sin embargo, Abbott se mantiene firme en su postura y está dispuesto a enfrentar acciones legales por parte del Gobierno federal si es necesario.
La situación en la frontera sigue siendo un tema de preocupación y debate, con ambos lados expresando diferentes perspectivas sobre cómo abordar el problema de la inmigración ilegal y la seguridad en la región.