Continuando con mi columna del pasado martes, los puntos restantes que considero deben ser incluidos como mínimo en la reforma electoral:

4.- Debe establecerse un gasto electoral razonable

No es posible que en un país con tantas carencias se derroche el dinero en elecciones que cuestan más que las celebradas en países desarrollados, para que vote cuando mucho el 55% de la población en el mejor de los casos. Debe definirse un gasto razonable que incluya también un tiempo racional de campaña y por experiencia tres meses son más que suficientes previo a las elecciones. Actualmente entre preprecampañas, precampañas y campañas nos llevamos casi dos años para la presidencial. No es justo, es obsceno y sirve de caldo de cultivo para infinidad de noticias falsas, descalificaciones, violencia electoral, gasto excesivo por encima de lo declarado y desconcierto en gran parte de los electores, que no alcanzan a asimilar tanta saturación con información basura y sin contenido sustancial de cómo será el proyecto de gobierno de quienes aspiran a las candidaturas.

5.- Que se retiren las prerrogativas económicas a todos los partidos

Es inconcebible que se otorguen subsidios económicos sin comprobación y que no repercutan en beneficio de la población. Mantener a una casta privilegiada de políticos que se eternizan en los cargos de mando y decisión al interior de sus partidos con altos salarios provenientes de la hacienda pública es faraónico. En el sistema actual, los partidos chiquillos o de reciente creación se encuentran en franca desventaja respecto a los de la “trilogía”, y están condenados a ser sus “comparsas” si además no cuentan con el mismo nivel de financiamiento. En contraposición, si a pesar de los apoyos no logran convocar a los ciudadanos, debe cancelarse el registro de aquellos que no logren obtener cuando menos el 5% de los votos emitidos. En algunos países desarrollados no se otorgan subsidios a partidos, y en América Latina solo Bolivia y Venezuela siguen este ejemplo, de acuerdo con informe de la OEA.

6.- Que el presupuesto de publicidad sea controlado por el instituto electoral

Que se determine la misma cantidad para ser destinada a publicidad en medios electrónicos, con el mismo tiempo y cobertura para todos los contendientes; que los montos sean cubiertos directamente por el instituto electoral a fin de evitar componendas, privilegios o simpatías por preferencias con y de los medios electrónicos.

7- Que se prohíban las pre precampañas y las precampañas

Que se respeten de manera irrestricta los calendarios para actividades proselitistas y que no quede nada a interpretación de las leyes o bien evitar que se lleven a cabo éstas por no estar reguladas. Estamos en un caos porque cada vez se inventan nuevas reglas con nuevos lemas para evitar las sanciones del INE, solapando este instituto tales procesos en todos los partidos, cuando todos deberían estar trabajando y no utilizar recursos oficiales en tiempo, subordinados y dinero público.

8- Que no se permitan las encuestas

Porque estas inducen al electorado, máxime que no son del todo independientes por estar ligadas a los grandes intereses electrónicos. Los resultados en Tamaulipas, Edomex, la elección de 2018 y otras más así lo demuestran, ya que los números finales estuvieron muy alejados de las encuestas preliminares.

9- Que nadie se promueva desde un cargo público

Sea éste de elección popular o como funcionario. Que cuando manifiesten su interés, renuncien o sean renunciados en automático, para evitar el uso indebido de recursos del pueblo y ventaja sobre los contrincantes.

Continuará la próxima semana con la cuarta y última parte.