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Cómo adelantar el parto de manera natural cuando éste no llega

Estás embarazada de nueve meses y el día en que cumples (la llamada fecha probable de parto) hace días que quedó atrás. En el ambiente empiezan a flotar los nervios, las amistades empiezan a hablar de inducciones, de cesáreas y de aquella cuya niña nació así así porque habían pasado demasiados días. Incluso en el hospital hay quien habla de ingresos e inducciones y tú, que creías que todo iría bien o que tenías la esperanza que así fuera, empiezas a ver que quizás hay algo en ti que falla y casi rezas porque tu bebé nazca antes de que nadie induzca ni provoque nada.

Armando
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La realidad es que los niños, en cierto modo, son como las manzanas, que caen cuando están maduras, pero no antes y, por supuesto, no todas al mismo tiempo. Sin embargo, los protocolos establecen unos límites a partir de los cuales se tiende a intervenir (normalmente a partir de las 42 semanas), cuando podría esperarse un poco más, llevando algunos controles para constatar que todo va bien, evitando así los riesgos de un parto inducido, ya que el cálculo de la fecha probable de parto y de las semanas de gestación suele ser poco acertado y puede pensarse que es un bebé que lleva demasiado tiempo gestándose cuando quizás aún le falta una semana para llegar a las 42 semanas.

En cualquier caso, por si acaso alguna madre se ve inmersa en la espiral de "no te pones de parto, creo que te daré hora para inducir el parto" o por si quiere prevenir llegar a ello, vamos a explicar algunos truquillos para adelantar el parto de un modo natural que, todo sea dicho, pueden funcionar o no.

Relajación, calma y tranquilidad

Lo principal es tratar de vivirlo con la menor ansiedad posible. En el momento en que una mujer se empieza a poner nerviosa el cuerpo segrega adrenalina para actuar como defensa y la adrenalina actúa como inhibidor de la oxitocina, que es la hormona responsable de que el parto empiece.

Igual que hay muchas parejas que se quedan embarazadas cuando eliminan el estrés ("cuando dejaron de buscar un bebé, se quedó embarazada"), el parto puede llegar en el momento en que más te relajas y menos piensas en ello.

Risa y el buen humor

Parece mentira, pero algo tan simple como la risa ayuda a eliminar bloqueos emocionales y físicos. Busca algo que te divierta, que te haga reír y olvida las penas y preocupaciones.

Caminante, no hay camino...

Caminar es uno de los consejos más conocidos y empleados a la hora de intentar acelerar un parto. El hecho de caminar o bailar, y más si es en terrenos irregulares, donde se produce más movimientos de la pelvis, puede ayudar a que el bebé descienda y se encaje presionando el cuello uterino y ayudando a iniciarse (o acelerarse) la dilatación. Si no hay terreno sinuoso de por medio, puede servir bajar las escaleras de lado o bailar contorneándo la cadera.

Haz el amor, y no la guerra

Puede que te apetezca y puede que no. Con la barriga es hasta un poco difícil, sin embargo el esperma contiene prostaglandinas, que son, precisamente, las hormonas que se utilizan para inducir el parto. Esto quiere decir que lo ideal es que hagáis el amor cuantas veces queráis eyaculando el hombre dentro de la vagina. Si además llegas al orgasmo, mejor que mejor, porque los orgasmos provocan contracciones en el útero.

Esta medida está contraindicada si ya has roto aguas, por el riesgo de infección.

Baños con Hierba Luisa

Se dice que un baño con Hierba Luisa caliente podría ayudar a desencadenar el parto. Para ello hay que hacer esta infusión en cantidades "industriales", bueno, lo suficiente para una bañera, y estarse en ella una media hora.

Como con el sexo, en caso de haber roto aguas podría haber riesgo de infección al bañarse.

Tomar infusiones de frambuesa

La infusión de hojas de frambuesa tiene un efecto estimulante en el útero y por ello hay comadronas que lo utilizan para ayudar en el parto. Se recomienda empezar con un taza diaria, aumentando hasta un máximo de tres o cuatro tazas al día.

Estimula los pezones

La estimulación de los pezones, como ya sabemos que sucede durante la lactancia, provoca la secreción de oxitocina, que es la hormona que desencadena el parto.

Se puede hacer con la mano, con un sacaleches o con un bebé (si tienes un hijo que esté mamando, ponerlo a mamar con más frecuencia).

Se empieza con un solo pecho, dejando de estimular durante las contracciones. Si éstas no se producen al estimular un pecho se procede a estimular los dos a la vez.

¡Chocolate!

Uno de los trucos de toda mamá para notar los movimientos de su bebé en la barriga es el de tomar chocolate. El chocolate es excitante, como lo es también la cafeína y, normalmente, estimula también al bebé. En este caso, el chocolate puede animarle a moverse y quizás así se desencadene el parto.

Acupuntura

Algunos estudios han probado la efectividad de la acupuntura para inducir el parto (aunque otros han mostrado que no interviene en el inicio del parto).

Pueden funcionar o no

Como ya he comentado, estos métodos pueden funcionar o no, ya que equivalen al soplo de viento que puede llegar a hacer caer la manzana que, ya madura, esperaba caer unas horas después. Si el niño no está maduro, no habrá invento casero que lo haga salir. Si lo está, queda alguna esperanza u oportunidad. Lo ideal sería, en cualquier caso, que se permitiera a los bebés acabar de madurar el tiempo que les hiciera falta, aumentando los controles para constatar que todo va bien. Hay niños que con 39 semanas nacen perfectamente maduros y otros que con 41 semanas aún habrían necesitado unos días más.

 

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