En esos días donde el termómetro supera los 30 grados centígrados, encontrar alivio se vuelve una misión casi imposible. El calor abrasador no solo derrite nuestras esperanzas sino que hace que incluso el aire que expulsa nuestro ventilador se sienta como una brisa sahariana. Afortunadamente, existen métodos caseros para transformar esa corriente caliente en una más refrescante, utilizando ingredientes que probablemente ya tengas en tu cocina.

El calor puede intensificarse por diversos factores, como la radiación solar directa, el asfalto caliente o la falta de corrientes de aire frío. En este escenario, el ventilador se convierte en nuestro mejor aliado, aunque a menudo no es suficiente. Pero, ¿y si te dijera que puedes potenciar su efectividad con tan solo dos ingredientes simples?

Ingredientes necesarios:

1 o 2 botellas de plástico (como las de agua)
Hielo o agua para congelar
Sal de grano

Método 1: Enfriar el aire con hielo

Corta la base de una botella de plástico.
Llena la botella con hielos y espolvorea un poco de sal de grano sobre ellos.
Coloca la botella en la parte trasera de tu ventilador, donde se genera el aire. El hielo se derretirá lentamente, evaporando el agua fría y enfriando el aire que circula en la habitación.

Método 2: Enfriar el aire con una botella congelada

Llena una botella de plástico con agua, añade una generosa cantidad de sal y agita bien para mezclar.
Congela la botella.
Una vez congelada, colócala frente al ventilador. A medida que el hielo se derrite, disfrutarás de un refrescante alivio del calor.

Con estos sencillos pasos, podrás mejorar significativamente la eficacia de tu ventilador durante los días más calurosos, brindándote un respiro sin necesidad de un aire acondicionado. Prueba estos trucos y convierte tu hogar en un oasis de frescura.