Considero importante la misiva, pues refleja la cotidianeidad en una pequeña parte del territorio nacional, donde determinados grupos caciquiles se apoderaron hasta del imaginario colectivo. He aquí sus palabras.
“Dieciocho años de dictadura riverista en Miacatlán son muchos. En la era moderna no existe, en ninguna parte del Estado de Morelos, ese fenómeno político como tal. La gente se acostumbra a obedecer y un solo hombre se acostumbra a mandar, pero eso conlleva a vicios como la usurpación y la tiranía. El nivel educativo de la población es bajo, por la falta de un empleo. No existe ninguna fuente de empleo formal en el municipio que respalde los gastos que genera una carrera universitaria. La educación es la base del progreso en cualquier población o país, pero la estrategia del gobernante es darle al pueblo su mojiganga, su banda, su feria, su torito quemado, etcétera; y con eso mantener estable la satisfacción general, aunque el municipio se mantiene estático ante el avance y el progreso en materia de fuentes de empleo, inversión en la cultura, en la tecnología, en las actividades deportivas. Tal estancamiento se ha manifestado notablemente en dos décadas de gobierno autoritario sin ninguna visión hacia un beneficio y transformación colectiva, donde a la población se le ofrece el mismo sonsonete que le toca la banda. Darles y cumplir sus costumbres y tradiciones, obsesionados con el pasado y no mirar hacia el futuro, hacia la competitividad que requiere el municipio para seguir evitando la desintegración de las familias y la pobreza”. Hasta aquí la carta de nuestro lector residente en Miacatlán. ¿Tiene razón o no, estimados amigos? En lo personal me parece que coloca el dedo en la llaga, pues abundan los ejemplos de actitudes autoritarias e inclusive gansteriles de algunos presidentes municipales. Se sienten pequeños señores feudales.
Cambiando de tema me referiré a la distribución de prerrogativas que por concepto de financiamiento público obtendrán en el presente año los ocho partidos registrados ante el Instituto Estatal Electoral (IEE), cuyo presidente es Oscar Granat Herrera. El Consejo del IEE aprobó el otorgamiento de 65 millones de pesos, cifra superior a los alrededor de 57 millones que recibieron dichos institutos políticos el año pasado. Y durante la misma sesión ordinaria del Consejo Estatal Electoral también se aprobó el manual de racionalidad, austeridad, disciplina y control presupuestal del Instituto Estatal Electoral.
Lo deseable es que los recursos públicos utilizados por los partidos políticos en un año no electoral sirvan para fomentar la cultura democrática y no para enriquecer todavía más a las dirigencias de partidos que se encuentran transformados en lucrativos negocios. Los “líderes” siempre se han valido de los famosos recibos REAPAC, expedidos por los partidos cuando reciben servicios especiales y hasta legítimos de militantes en determinados momentos; pero dichos documentos también han sido manipulados o falsificados para satisfacer las necesidades presupuestales de algunos personajes. ¿De dónde creen ustedes que han conseguido los fondos para comprar bienes inmuebles y lujosos automóviles? ¿De dónde proviene el dinero para la colegiatura de los hijos y el pago de gastos médicos mayores, así como la realización de frecuentes viajes al interior del país y el extranjero?
Con respecto al presupuesto autorizado por el Consejo Estatal Electoral es importante subrayar que de los 62 millones, 22 se destinarán al gasto operativo del IEE correspondiente al ejercicio ordinario del año 2011, de conformidad con lo aprobado por la quincuagésima primera Legislatura del Congreso del Estado. A ver.
En otro orden de ideas comentaré que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuyo delegado en Morelos es Jorge Herrera del Rincón, aplicará durante 2011 un presupuesto de aproximadamente 3 mil 600 millones de pesos para rehabilitar las áreas de urgencias en varios hospitales del interior morelense, mientras que en el Hospital Regional de Cuernavaca utilizará 11 millones de pesos para remodelar por completo el piso 11, incrementando el número de camas disponibles para hospitalización (me parece que serán 60 nuevos espacios), amén de que la institución adquirirá equipo nuevo para el diagnóstico de enfermedades. Y tocante al ámbito de la salud, Víctor Caballero Solano, secretario de Salud en el Estado, está de plácemes por la inauguración del albergue ubicado frente al Hospital “José G. Parres”. Ahora el galeno le entrará al reordenamiento exterior, que también le compete al Ayuntamiento de Cuernavaca. A ver.