La avezada reportera fundamentó su nota con estadísticas difundida por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) en su portal de Internet donde se indica que, de enero de 2009 a julio de 2011, han sido denunciados ante la Procuraduría General de Justicia de Morelos (PGJ) un total de 118 mil 312 delitos, de los cuales 25 mil 756 fueron perpetrados violentamente. Esto significa que en promedio se cometen 130 ilícitos diarios, de los cuales al menos 28 ocurren violentamente. La noticia proyecta a una entidad federativa altamente conflictiva cuya principal característica es la prevalencia de la impunidad y el arraigo de hampones organizados y comunes bajo la tolerancia de agentes policiacos dizque comisionados para combatirlos.
Otras ocasiones he referido el hecho de que, al ser tapados determinados hoyos delincuenciales por autoridades de los tres niveles gubernamentales, se abren otros. Es verdad que, sobre todo las corporaciones federales, le han pegado fuerte al narcomenudeo, pero también es cierto que las “células vivas”, en aras de conseguir dinero y armamento, mantienen y expanden sus actividades delincuenciales cometiendo delitos de alto impacto del fuero común. De esta forma, durante los meses recientes, cundió el robo en diferentes modalidades, aunque la incidencia delictiva al respecto proviene de mucho tiempo atrás. Maciel Calvo nos actualiza respecto de lo sucedido los pasados 30 meses (es preocupante la tasa de homicidios, de lo cual comentaré más adelante), pero a continuación daré un vistazo a datos duros de otras épocas. Confirmaremos que Morelos no ha dejado de ser un territorio peligroso, cuyo tejido social está por demás deteriorado.
El 7 de septiembre de 2005, en este mismo espacio, comenté que Morelos resultaba ser un territorio chiquito, pero conflictivo a nivel nacional. Según los anexos estadísticos del V Informe del entonces presidente Vicente Fox Quesada (rendido el 1 de septiembre) nuestra entidad volvió a colocarse dentro de los seis primeros lugares respecto a delitos cometidos por cada cien mil habitantes. A la sazón gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal había desestimado la inseguridad pública prevaleciente aduciendo que se trataba de un problema de percepción, al igual que lo hacen hoy en día ciertos personeros de Felipe Calderón Hinojosa.
Sin embargo, la inseguridad no era en 2005 un problema subjetivo de pura percepción. Era real y las autoridades federales lo midieron con la denominada “tasa por cada 100 mil habitantes”, instrumento que permitió la comparación entre jurisdicciones de diferente proporción geográfica y poblacional. La tasa nacional respectiva, según el V Informe de Vicente Fox, fue de 14.25 por cada 100 mil habitantes en el año analizado. Y Morelos permanecía entre las seis entidades que arrojaban tasas de delitos superiores a la nacional: 365 delitos diarios por cada 100 mil habitantes en 2004, y 342 diarios entre enero y mayo de 2005 (cabe subrayar que hablamos de delitos federales y comunes). La tasa en nuestra entidad era de 21.50 por ciento, colocándose en la quinta posición. El orden progresivo fue el siguiente: en primer sitio Baja California Norte (41.73 por ciento); en segundo, Baja California Sur (30.56); en tercero, Yucatán (27.03 por ciento); en cuarto, Quintana Roo (24.66 por ciento); en quinto, como ya lo dije, Morelos, y en sexto, el Distrito Federal (20.55 por ciento). A mayo del 2005 se habían cometido aquí 17 mil 196 delitos, cantidad que al terminar 2005 llegó conservadoramente a 36 mil, con posibilidad de aumentar. Ese promedio de delitos, según nos ha actualizado Maciel Calvo, se mantiene casi igual, pero con una diferencia: los delitos se están cometiendo con mayor violencia. Es así como me llama la atención la cantidad de homicidios ocurridos durante los pasados 30 meses: 2 mil 731 homicidios, de los cuales mil 186 fueron dolosos y las mayor parte están relacionados con la disputa entre organizaciones delictivas por el control del territorio para la comercialización y trasiego de droga. En el mismo periodo, la fiscalía estatal registró 74 secuestros, 961 casos de violación, estupro y otros delitos sexuales, así como mil 397 casos de extorsión denunciados. De los 52 mil 714 robos registrados, 21 mil 990 fueron cometidos con violencia, pues los delincuentes utilizaron armas de fuego o punzocortantes, e infligieron golpes o amenazas a sus víctimas.
Hoy en día, al sintonizar cualquier noticiario a nivel nacional, las primeras notas que podemos ver o escuchar, serán sobre narcoejecuciones, narcomantas, decapitados, desmembrados, trata de personas, arraigos, detenidos, criminales abatidos en enfrentamientos con las fuerzas armadas y últimamente, -situación que cada día se hace más común- atentados con coches bomba o granadas contra la sociedad civil, como lo vimos el pasado fin de semana en el estado vecino de Veracruz y por si fuera poco, se suman los resultados del Coneval sobre la pobreza en México, del que ya hemos dado cuenta. Luego seguimos con este importante tema.