Lamentablemente y hasta hoy prevalece la desconfianza sobre el destino de nuestra entidad federativa, región caracterizada por las reyertas internas surgidas a partir de graves diferencias ideológicas y partidistas. Empero, déjeme decirle a usted que la problemática se repite por igual a lo largo y ancho del país. La inmensa mayoría de la sociedad mexicana no cree en sus instituciones, ni en sus respectivos líderes.
Conforme nos acercamos a los meses de septiembre y octubre, cuando empezará el penúltimo año del actual sexenio gubernamental (federal y estatal), más incierto parece el futuro. ¿Podrá remontar Felipe Calderón Hinojosa la crisis funcional en que se encuentra? ¿Tendrá Marco Antonio Adame Castillo suficiente tiempo para lograr un liderazgo fuerte, capaz de consolidar su administración durante el resto del periodo 2006-2012? Tocante al mandatario morelense, me parece que se acerca un interesante proceso cuyo resultado impactará en el curso de su administración y los preparativos del propio jefe del Poder Ejecutivo para culminarla. Me refiero a la integración del Paquete Fiscal 2011, cuyos promotores (en el Ejecutivo y Legislativo) deberán pugnar por alcanzar acuerdos y evitar la disminución de partidas presupuestales que afecte el desarrollo de toda la entidad.
Siempre he insistido en que la transición hacia la democracia -empezando con la alternancia en el poder- es un proceso difícil porque supone cambios en los actores, en las relaciones de poder y en los modelos mentales. Es decir, un proceso de aprendizaje tensionado porque, aunque se traduzca en beneficios para la sociedad, está lleno de incertidumbre y esfuerzos costosos para los ganadores y de sacrificios inevitables para los perdedores. Pasaron ya diez años de iniciado el cambio en Morelos y el escenario sigue siendo el mismo: de incertidumbre y desconfianza.
Todo lo anterior me sirve, además, para referirme a la “Encuesta sobre las expectativas de especialistas en economía del sector privado: julio de 2010”, difundida ayer por el Banco de México en su portal de internet. En el documento, dichos especialistas reflejaron un deterioro en sus expectativas sobre el clima de negocios y el nivel de confianza con respecto a la situación económica. El índice de confianza cayó 10 por ciento de junio a julio, y la tendencia sigue en ascenso. La proporción de quienes estiman que el clima de negocios que prevalecerá durante los próximos seis meses será mejor que el del semestre anterior se desplomó de 76 a 48 por ciento.
Los grupos económicos entrevistados consideran que, entre los principales factores que podrían limitar el ritmo de la actividad económica en México durante el próximo semestre, se encuentran, en orden de importancia: primero, la ausencia de avances en materia de reformas estructurales (25 por ciento de las respuestas); segundo, la debilidad del mercado externo y de la economía mundial (20 por ciento); tercero, los problemas de inseguridad (15 por ciento); cuarto, la debilidad del mercado interno (11 por ciento); y quinto, la inestabilidad financiera internacional (7 por ciento de las respuestas). Estos factores absorbieron el 78 por ciento del total de respuestas recabadas.
En el cuadro de los “Indicadores sobre el Nivel de Confianza con Relación a la Situación
Actual de la Economía y su Futuro”, los grupos económicos consultados opinaron en torno al clima de los negocios para los próximos seis meses: 48 por ciento respondió que mejorará, el 42 por ciento indicó que seguirá igual y 10 por ciento afirmó que empeorará. Y a la pregunta ¿cómo considera que sea la coyuntura actual de las empresas para efectuar inversiones?, las respuestas fueron: buen momento para invertir, 31 por ciento; mal momento para invertir, 7 por ciento, y no está seguro, 62 por ciento. Es decir: absoluta incertidumbre y desconfianza, factores que se encuentran presentes a nivel nacional, sin que nuestra entidad sea una ínsula separada del resto de la República.
Para colmo de males, la mayoría de consultores estiman que, durante el segundo semestre del año en curso, los salarios reales se contraerán. En efecto, el 56 por ciento de los entrevistados prevé que en el segundo semestre de 2010 los salarios reales caerán con respecto a sus niveles del primer semestre de 2010. Lo anterior repercutirá en más actos ilegales. ¿Ya se adoptaron en Morelos las medidas de contingencia? ¿Urge o no fortalecer los liderazgos?