Desde el arribo de Urzúa al control administrativo y operativo de PASA-Cuernavaca se agudizó el enfrentamiento con las autoridades municipales, a quienes no les quedó de otra: permitir que los directivos del consorcio (a nivel local) les exigieran el pago de 16 millones de pesos que les adeuda la comuna por dos meses de trabajo, colocándoles una pistola en el pecho (es decir la amenaza cumplida de suspender el servicio de limpia), o tomar el toro por los cuernos y llegar hasta las últimas consecuencias (jurídicas, económicas y políticas) frente a una empresa acostumbrada a tejer redes de complicidades con determinados funcionarios, tal como lo demostró durante la gestión de Jesús Giles Sánchez (2006-2009), quedando sus condiciones plasmadas en un contrato leonino hoy combatido por Martínez Garrigós.
¿Por qué considerar leonino aquel convenio? Porque a diferencia de otras ciudades donde PASA opera, aquí existe una diametral diferencia en cuanto a los cobros asignados. Citaré un botón de muestra: en Gómez Palacio, Durango, el Ayuntamiento respectivo paga alrededor de 800 mil pesos mensuales. Hablamos de una localidad con 150 mil habitantes. En Cuernavaca, donde la población alcanza los 400 mil ciudadanos, la comuna debe erogar mensualmente la exagerada cifra de nueve millones de pesos, lo cual revela las características ventajosas del contrato. Asimismo, cabe comentar lo que ha estado ocurriendo en la actual temporada de lluvias. A la hora de pesar la basura, PASA fija sus tarifas ¡con todo y humedad!, lo cual es inequitativo y doloso.
Al principio de la actual crisis de la basura (el martes de la presente semana), que de ninguna manera se parece a la de octubre de 2006 (cuando los cuernavaquenses nos quedamos sin un sitio para el confinamiento de la basura), el Ayuntamiento de Cuernavaca debió estructurar nuevas rutas de recolección, puntos de transferencia y finalmente el traslado de los desechos a Tecámac, Estado de México, y Cuautla. La víspera se percibió más manejo de la crisis por parte de Manuel Martínez Garrigós, apoyado por infinidad de grupos sociales, empresariales, transporteriles y gremiales, entre ellos la CTM.
Cuando el alcalde anunció que el Ayuntamiento retomará el servicio otrora a cargo de PASA, lo hizo tomando como base el artículo 115 constitucional, donde se obliga a las administraciones municipales a proporcionar el servicio, tope lo que tope y cueste lo que cueste. Así lo garantizó ayer, a pesar de cualquier litigio que la empresa regiomontana decida ventilar. En tal contexto deberán prevalecer los intereses sociales por encima de un grupo, insisto, acostumbrado a negociar mediante presiones y chantajes. Más de una vez, Sergio Urzúa, en entrevistas concedidas a varios comunicadores sociales, exhortó a la población a secundar sus decisiones y a ponerse en contra del Ayuntamiento. Hasta pudo haber incurrido en el delito de sedición.
Cambiando de tema me referiré a la magna obra que pronto iniciará el Ayuntamiento en terrenos otrora utilizados por la comuna para realizar la Feria de Cuernavaca, en el ejido de Acapantzingo. Será la Unidad Deportiva Bicentenario, con áreas verdes destinadas al esparcimiento familiar. Extraoficialmente trascendió ayer que la empresa Natura Ingeniería, SA de CV, cuyo representante legal es Juan Carlos Flores Alberto, ejecutará la obra mediante la inversión de 84 millones de pesos. Su oferta superó a la de Grupo Retrat, SA de CV, a cargo de Angel Anuar Atala Campos. Sin embargo, trascendió que Natura Ingeniería también tiene intereses con Atala, hermano de Francisco, de los mismos apellidos, quien recientemente llevó a cabo la remodelación del centro cuernavaquense bajo los auspicios del gobierno estatal. El miércoles se abrieron las propuestas técnicas (y ayer las económicas) en el proceso de licitación, siendo rechazada (junto con cuatro participantes más) la empresa Grupo Mexicano de Ingeniería Integral, SA de CV, de Jorge Elías Atala Campos. Es decir: todo quedó entre familia. Quien operó las propuestas (técnicas y económicas) fue el regidor de Obras Públicas, Jorge Meade González. El aparente ganador de la obra remodeló el Hotel Papagayo en 2007 para asentar ahí la nueva sede del Ayuntamiento.