Es la empresa número uno a nivel nacional en cuanto a pleitos con los gobiernos municipales donde proporciona sus servicios. Imagine usted si no está habituada al forcejeo en tribunales: posee contratos en 42 de las más importantes ciudades mexicanas. Más de una vez le han rescindido esas transacciones o títulos de concesión, pero nunca ha dado fácilmente su brazo a torcer.
A juzgar por las apariencias, el alcalde ya analizó al enemigo que tiene enfrente, pues más de una ocasión su administración ha declarado que no cederá ante las presiones de PASA y sus más prestigiados asesores jurídicos y políticos, entre quienes ahora destaca el prestigiado penalista y civilista Guillermo Pasquel Hernández, presunto autor del desplegado publicado ayer por la empresa en varios diarios locales. Es importante referirse hoy al texto respectivo, pues contiene un claro mensaje político (y eso que el grupo era “apolítico”).
Palabras más, palabras menos, el desplegado patentizó a la población de Cuernavaca el objetivo del consorcio: servirle con eficiencia y responsabilidad, pero proyecta al Ayuntamiento y el edil de nuestra capital como todo lo contrario, recordándoles un pasivo que al día de hoy llega a casi 20 millones de pesos. PASA se dice insolvente para seguir proporcionando el servicio de limpia a los cuernavaquenses, cosa que los comunicadores sociales de Morelos no creemos, pues estamos refiriéndonos a una empresa regiomontana que, por sobre todas las cosas, debe demostrar solvencia financiera, en diferentes circunstancias, a fin de mantenerse como empresa emisora en el mercado mexicano de valores. De eso depende el costo de sus acciones, que se cotizan por millones. Así, sabemos que durante el primer trimestre de 2010 PASA reportó ganancias brutas por alrededor de mil 700 millones de pesos. Falta por actualizar sus datos a junio.
Asimismo, a la hora de conseguir el título de concesión en Cuernavaca, la empresa debió garantizar el suficiente capital contable para enfrentar cualquier contingencia, por ejemplo la falta de pago a sus servicios, tal como ocurrió hace casi dos semanas debido a la carencia de liquidez en la comuna local. Por su parte, el alcalde Martínez Garrigós percibió la oportunidad para negociar con PASA una sensible reducción a las tarifas por recolección, transferencia y confinamiento de la basura; ha evitado el pago del adeudo y ahora espera la decisión final de los regiomontanos en un problema cuyo fondo es económico, pero con un origen ciento por ciento político, pues varios de sus beneficiados formaron parte de la administración panista que les obsequió el servicio durante veinte años. Junto con ellos hay otra pléyade de empresarios cuernavaquenses, altamente favorecidos y con quienes, según reveló ayer el alcalde Martínez Garrigós, quiso negociar menores tarifas, sin conseguirlo.
El desplegado de ayer, como lo indiqué líneas atrás, tiene un alto componente político pues le lanza al edil un desafío: llevar a cabo la reanudación del diálogo con PASA de manera pública, inclusive con la presencia del gobernador Marco Adame Castillo, una comisión de diputados grillos y seis representantes de la “sociedad civil”. ¿Para qué hacerlo de manera pública? ¿Cuál es la intencionalidad de fondo? Guillermo Pasquel Hernández clarificó ayer esta parte del asunto: demostrarle a Martínez Garrigós que el relleno sanitario de “Loma Mejía” no contamina y puede seguir operando con absoluta “normalidad”.
Desde luego, un escenario de tal naturaleza implicaría la presencia de representantes informativos con un propósito: exhibir a la parte necia, que en el caso que nos ocupa y según la óptica de PASA, es el alcalde. Los regios suponen que no tienen ninguna responsabilidad, ni deben expiar pecados ajenos, ni siquiera los de quienes en la administración anterior sentaron las bases de un contrato leonino, altamente ventajoso para PASA y de detrimento financiero para la capital morelense, cuyos moradores, al final del contrato, habrán pagado alrededor de tres mil 500 millones de pesos a un consorcio que hoy “no tiene recursos para operar”. ¿Aceptó Martínez Garrigós el diálogo propuesto por PASA? Dice que sí, pero será interesante conocer las condiciones sobre las cuales acudirá. Por ahora, me parece que los cinco días hábiles establecidos por la empresa para recibir una respuesta tienen jiribilla. Esperemos para ver y después diremos.