A lo largo de su obra, Franco nos ha prevenido acerca de los tres dispositivos básicos propios del dominio de las grandes metrópolis sobre la teoría: 1) la exclusión, al considerar al tercer mundo irrelevante para la teoría; 2) la discriminación, al exhibir al tercer mundo como irracional y, por lo tanto, sugerir que su conocimiento está subordinado al conocimiento racional producido en la metrópolis; y 3) el no reconocimiento, pues se ve al tercer mundo sólo como el lugar de lo instintivo.
Desde ese punto de partida, Franco cuestiona sistemáticamente la supuesta inferioridad latinoamericana y se posiciona como una interlocutora de privilegio, tanto por el conocimiento que tiene de nuestra cultura como por su sensibilidad y compromiso.
La vida de Franco entre Guatemala y México la impulsa a elegir a América Latina como su campo de reflexión e investigación. Dado que una de sus preocupaciones primordiales es la injusticia, Franco explora cómo se vinculan el activismo, la ciudadanía y la transnacionalización en el movimiento feminista en América Latina.
En los ensayos reunidos en este volumen, señala que es notable la manera en que caducó la suposición de que la liberación de la mujer en América Latina se lograría mediante la lucha armada. La autora analiza la posición estratégica que las mujeres ocupan en la globalización y plantea interrogantes sobre cómo están siendo definidos en la economía mundial los roles de las mujeres y, sobre todo, quién los está definiendo. Critica que se vea al feminismo como un “asunto de mujeres”, especialmente por parte de la izquierda, e insiste en subrayar una contradicción que sigue sin resolverse: la que se da entre los valores familiares tradicionales postulados por organizaciones conservadoras y religiosas, y el papel fundamental de las mujeres en la fuerza laboral. Así, pone en el centro de la discusión la conciliación entre el ciudadano en los hogares y el trabajo asalariado.
Operación monumento, de Robert M. Edsel y Bret Witter
En 1943 se formó el equipo más notable de inteligencia que tuvo como misión rescatar todo el patrimonio artístico de Europa incautado, robado y ocultado por los nazis. Hombres y mujeres, alrededor de 350 personas, integraron la Sección de Monumentos, Bellas Artes y Archivos (MFAA por siglas en inglés). Historiadores, arquitectos, curadores, pintores, escultores y artistas se convirtieron en guerreros del arte, no sólo para rescatar cerca de cinco millones de obras artísticas, también se dieron a la tarea de preservar los monumentos arquitectónicos dañados por la segunda gran guerra, entre ellos: iglesias, museos, esculturas y otros patrimonios -incluidos los de la propia Alemania nazi.
Provenientes de más de una decena de países, la mayoría de estos hombres monumento se enfrentaron a numerosas situaciones hostiles no sólo en los últimos años de la gran conflagración mundial, también en el periodo que continuaron con su labor durante la posguerra.
A partir de las cartas que intercambiaba el núcleo duro de esta sección con sus familiares, mismas con las que el autor va reconstruyendo la historia, nos vamos adentrando a una historia fascinante de recuperación de tesoros históricos y artísticos. Destacan, por ejemplo, pinturas como La dama del armiño de Da Vinci, La ronda nocturna de Rembrandt y El astrónomo de Vermeer o esculturas como la Madonna de Brujas de Miguel Ángel.
Conoceremos los momentos de mayor peligro, las estrategias que diseñaron para evitar que el patrimonio europeo desapareciera y las emociones que cada uno de sus integrantes revelan ante los desafíos de su misión.
Como en toda hazaña hay momentos de decepción y otros en los que se abraza la gloria. Resulta indudable, después de leer esta historia poco conocida de la Segunda Guerra Mundial, que la misión de estos hombres es una proeza que evitó una de las mayores tragedias en contra de la cultura.
Basada en esta obra, se estrena en breve la versión cinematográfica también llamada Operación Monumento. En la película actúa y dirige George Clooney, además de Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Jean Dujardin, Hugh Bonneville, Bob Balaban y Cate Blanchett.
La pantera, de Nelson DeMille
El prolífico escritor de thrillers Nelson DeMille, envía a su detective neoyorquino John Corey a Yemen a buscar a Bulus ibn al-Darwish, un miembro de Al-Qaeda conocido como al-Numair, La Pantera.
A John y su esposa Kate se les asigna una misión que los lleva a la localidad de Sana’a en Yemen, un lugar hostil, peligroso y disfuncional donde los recursos estadounidenses son escasos o inexistentes. Ambos, acompañados de un equipo de estrategas, van en busca de “La Pantera”, el hombre al que se le atribuye la explosión del buque USS Cole. El año es 2004 y John y Kate fueron elegidos por haber sido quienes eliminaron a “El León”, otro peligroso terrorista de alto perfil.
Esta misión extranjera es muy diferente de cualquier otra que hayan tenido John y Kate en los Estados Unidos y los pondrá en situaciones en extremo amenazantes.
La novela incluye lealtad, decepción, traición, asesinatos, y más. Pese a sus más de 600 páginas, el diálogo rápido y la carcajada compartida con el protagonista ayudan a que el lector cambie de hoja sin detenerse. Con esta novela, Nelson DeMille regresa a las listas de los best sellers de la mano de su héroe John Corey, uno de los agentes antiterroristas más sagaces de la literatura anglosajona.
La Pantera debutó en el número uno de la lista de best sellers de The New York Times Book Review, donde permaneció por más de diez semanas.
Hendaya, de Marcos Eymar
“De un momento a otro, entrarán por esa puerta y comenzarán a hacer preguntas.” Así empieza Hendaya, un thriller transfonterizo que involucra a Jacques Munoz, un ciudadano francés de origen español que está en busca de su identidad en la oscura memoria de su infancia y viaja con frecuencia a Madrid, transportando material sensible. Pero sus secretos inconfesables se esconden bajo las lentejuelas de la bailarina erótica María José.
La historia, construida sobre las pautas de la novela negra, ofrece una reflexión sobre las nociones de identidad y sobre la condición del emigrante y del exiliado.
El título del libro refiere a una localidad francesa, ubicada en el límite entre Francia y España, lo cual, conforme avanza la trama, adquiere un gran valor simbólico.
El relato empieza en la Gare d’Austerlitz, donde Jacques Munoz aborda el tren-hotel Francisco de Goya para transportar una maleta de contenido desconocido de París a Madrid. ¿Cómo se embarcó Jacques en esa misión? Anticipando la pregunta de sus interrogadores, el narrador recuerda el funeral de la madre del protagonista. Ésta, una emigrante española de los años 60, nunca quiso enseñarle español a su hijo con el pretexto de que tenía que ser un francés puro. Durante la ceremonia, la llegada de sus tías desde España despierta en Jacques el recuerdo de la lengua materna prohibida. A partir de ese momento, Jacques deja su trabajo en correos y se entrega al alcohol y a un aprendizaje obsesivo del español, ayudado por un viejo manual.
Empieza así para Jacques un arriesgado vaivén entre París y Madrid, el español y el francés, el presente y el pasado. A lo largo del mismo se verá involucrado en una vertiginosa trama criminal y en una imposible historia de fascinación sexual y lingüística. ¿Quién es en realidad María José, la mujer que conoció en el bar? ¿Qué ocurrió entre su madre y su padre, desaparecido antes de que el naciera?