El día que escuché que mi bebé por primera vez me llamó papá, no puede evitar que las lágrimas revelaran mi emoción. Intuí el compromiso tan importante que significaba ser padre, agradecí a Dios la oportunidad y prometí esforzarme para honrar a mi hijo.
“Cuando mi papi me lleva de la mano hasta la puerta de la escuela, soy una niña feliz, me eleva con sus grandes manos para despedirse y darme un beso. Algunas de mis compañeras me miran con envidia”.
Ser padre es cuando tu hijo te reta con sus primeras preguntas y buscas tener todos los medios para responder. Cuando se lanza a tus brazos y su ser te expresa que su seguridad emocional y económica depende mucho de ti.
“Soy un niño feliz, cuando juego futbol con papá, y me lleva con sus amigos, reímos, en el camino me pregunta por mis sueños y miro su rostro de asombro cuando me escucha”.
Trabajo intensamente para proporcionales a mis hijos todas las herramientas para convertirlos en seres de bien e independientes. Organizo mi tiempo para disfrutar cada día de sus logros, tropiezos y alegrías, me niego en convertirme en un Padre sólo de Cartera, con mi ejemplo y dedicación quiero ganarme el amor y el respeto de mi familia.
“Mi papá y yo tuvimos muchas discrepancias en el camino, me enojé porque no lograba comprender su afán de imponer tantas reglas, permisos negados, sólo le escuchaba decir que lo hacía porque me amaba. Hoy que estoy lejos construyendo mi propia vida, le agradezco a la vida y a Dios por su presencia, las demostraciones de amor que me brindó me convirtieron en un ser feliz e independiente”. Yo tengo al mejor papá.
Ser padre, es cuando tu hijo está listo para partir de casa y cruzar otras fronteras para perseguir sus sueños. La nostalgia te invade, satisfecho del trabajo realizado, sin embargo, extrañas su presencia, sus risas y berrinches. La tecnología se convierte en tu mejor aliado, a través del Internet abrigarás su cercanía.
“Arriba de un árbol estuve espiando a los niños y a sus padres, cuestionando su sentir, robando pedacitos de vida, acariciando la posibilidad de transmutar la vida de los niños ante sus padres ausentes”.
Un deseo permitido y acariciado por muchos, tener el mejor papá. La presencia de ese hombre que nos proporciona identidad, seguridad y amor. Desafortunadamente es como el juego de la ruleta, nadie sabe dónde va caer el premio.
Mi reconocimiento para todos aquellos hombres que enaltecen el designio divino de Ser Padres, que día a día se esfuerzan por dar amor a sus hijos, por ser el amigo y confidente, a pesar de los días lluviosos y las tormentas inesperadas. ¡Feliz día del Padre!