Para todos los que nos preguntábamos ¿a qué quiere regresar el ser humano a la Luna? Bueno, pues aquí tienen una razón. Estudios científicos acaban de revelar que la Luna es mucho más húmeda de lo que pensábamos.
La teoría es más o menos la siguiente: Hace miles de años, durante la creación de nuestro satélites, el magma rompió la superficie y a su paso cristalizo pequeñas perlas de agua las cuales quedaron atrapadas al interior de las rocas lunares. Cuando el hombre llegó a la Luna, comenzó a recoger muestras y en la década de los 70, las misiones Apolo 15 y 17; recogieron algunas que, estudiadas por los científicos de la NASA, revelaron el líquido almacenado en su interior.
Con esto en mente, el siguiente paso de los científicos fue ubicar los puntos en los que se recolecto el material estudiado, y gracias a los datos recogidos por un orbitador lunar de la India, encontraron extensos “puntos calientes” de material volcánico rico en agua más allá de los polos lunares. En el interior de la Luna, a través casi todos los flujos volcánicos grandes; el agua existe, aunque no se sabe aún la cantidad exacta de líquido que hay.
El descubrimiento de agua en nuestro satélite tiene relativamente muy poco tiempo. En 2008, los investigadores examinaron las cuentas de vidrio de las muestras de Apolo y encontraron las primeras cantidades de trazas conocidas de agua. Un año después, la NASA disparó un misil al satélite para “recoger pruebas acuosas adicionales” y encontraron hielo e hidroxilo (una molécula altamente reactiva asociada con el agua). Desde entonces no han dejado de encontrar pruebas de la existencia de este líquido.
Geólogos como Francis McCubbin sostienen teorías que dictan que si tomáramos toda el agua que hay en el interior de la Luna y la colocáramos en su superficie, crearía un océano a su alrededor con una profundidad de un metro.
Este descubrimiento mejora la comprensión científica de cómo se formó la luna, pero más allá de eso; representa la posibilidad de crear colonias lunares sostenibles, o servir de abastecimiento espacial para futuros exploradores.
FUENTE National Geographic