Así que cuidado con las papas fritas y pasteles a destajo.
Puede que esto no suene como algo nuevo, y efectivamente: la adicción a la comida se ha comparado muchas veces con la de las drogas. No obstante un estudio viene a confirmar esta hipótesis.
Científicos de la Universidad de Michigan estudiaron los síntomas de abstinencia que aquejan a las personas cuando dejan de consumir alimentos altamente procesados, como pasteles, papas fritas y pizza. El paper se titula “Desarrollo de la escala de abstinencia de los alimentos altamente procesados”.
Si bien existe un consenso sobre las características adictivas de drogas como el tabaco, alcohol u otras en el cerebro, la comparación con la comida es relativamente nueva. En el organismo, cuando se deja una droga de forma abrupta se puede experimentar ansiedad, dolores de cabeza, irritabilidad o depresión e insatisfacción, pero, ¿y cuando se deja la comida chatarra?
Para entender esto, los científicos midieron los síntomas de abstinencia física y psicológica entre 231 adultos, los cuales iban informando mediante una herramienta especialmente diseñada para el estudio, lo que experimentaban cuando reducían la cantidad de alimentos altamente procesados. Los sujetos habían estado consumiendo altas cantidades durante el último año.
Los participantes informaron de cuadros de tristeza, irritabilidad, cansancio y antojos desmedidos, los cuales alcanzaron su punto máximo durante los dos a cinco días posteriores a la ingesta de comida chatarra. Los efectos de estos cuadros disminuyeron posterior a ese tiempo.
En todo caso queda por evaluar la gradualidad con la que se dejan estos alimentos, porque no es lo mismo hacerlo de forma paulatina que de un solo golpe. Demás está decir: cuidado con las nuevas pantallas de McDonald's.