Crece la investigación sobre el COVID-19, tras completar la fase dos del ensayo clínico, China emitió una autorización de emergencia para administrar la vacuna Ad5-CoV a su personal militar durante un año.
La vacuna, desarrollada por la compañía CanSino Biologics y el Instituto de Biotecnología de Beijing que forma parte de la Academia Militar de Ciencias Médicas del país asiático no ofrecerá por el momento la vacuna a civiles.
En tanto, en México, la Universidad Autónoma de Querétaro lanzó un programa pionero a nivel nacional para control a distancia de pacientes con COVID-19.
Teresa García Gasca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, comentó: “El trabajo que realiza el equipo de seguimiento clínico es único en el país. Es un trabajo en el que se definen o se estudian los síntomas que han tenido las personas portadoras, asintomáticas la mayor parte de ellas, para catalogar como se desarrolla la enfermedad a lo largo del tiempo aun cuando la persona no tenga síntomas severos”.
Tras confirmar mediante tamizaje que una persona es portadora del virus causante de COVID-19, se cataloga su severidad con base en cuatro parámetros: sus antecedentes, sus síntomas, una prueba de olfato y otra de sus niveles de oxigenación.
Óscar San Román, coordinador del Proyecto de Seguimiento Clínico, UAQ, comentó: “Hacemos una oximetría de pulso con pulsioximetría que está estandarizada para trabajar a baja perfusión, a baja saturación y a movimiento (…) dependiendo de si es de riesgo leve, moderado o severo se hace ya el seguimiento virtual, se determina si se necesita otra visita o en dado caso le dejamos al paciente el pulsioxímetro para nosotros vigilarlo desde el centro de comando”.
Desde el hospital, los médicos pueden monitorear los niveles de oxígeno del paciente y mantener su control en casa o requerir que acuda al hospital para colocarle un ventilador, pero mientras los médicos de México y el mundo hacen frente a la pandemia de COVID-19, otro virus amenaza con representar un nuevo riesgo.
Rosa María Wong, infectóloga, investigadora de la UNAM, detalló: “El virus se encuentra en la población de cerdos desde el 2016, se sabe que se une a receptores humanos. En modelos animales se ha comprobado su eficiencia para infectar y transmitirse por aerosol y se sabe también que la inmunidad previa a otros virus no provee protección contra este virus G4AH1N1”.
De acuerdo con los científicos, este virus, para el cual han aislado anticuerpos en humanos, tiene un alto potencial pandémico.