Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas.
Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.
La duración idónea de las tandas de tratamiento antibiótico se ha estudiado ampliamente para poder prolongarlas solamente el tiempo justo para matar todas las bacterias. Por lo que, hazle caso a tu médico. Él se ha formado durante años y tiene acceso a los datos científicos más recientes.
Recuerda que la mejora de los síntomas no siempre significa que la infección ha desaparecido por completo.
Ya que, la resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.
¿Cuáles son los consejos que brinda la OMS para que no pase esto?
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
- No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
- Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS.
Estás son:
- Mantener la limpieza
- Separar alimentos crudos y cocinados
- Cocinar completamente
- Mantener los alimentos a temperaturas seguras
- Usar agua y materias primas inocuas.
¿Cuáles son los mejores tratamientos?
Los datos recientes indican que las tandas más cortas de tratamiento antibiótico pueden tener la misma eficacia contra algunas infecciones que las tandas más largas.
Los tratamientos más breves son más convenientes: es más probable que se completen correctamente, causan menos efectos secundarios y seguramente serán más baratos. También pueden reducir la exposición de las bacterias a los antibióticos y retrasar así la aparición de resistencias.
Ademas, la OMS publica directrices sobre el tratamiento de diversas infecciones y recomienda dosis y duraciones de las tandas de antibióticos sobre la base de los mejores datos clínicos disponibles para cada caso.
Ya que, examina continuamente los últimos estudios para poder proporcionar recomendaciones actualizadas a los profesionales sanitarios.
La lucha contra la resistencia a los antibióticos reviste alta prioridad para la OMS.
La Asamblea Mundial de la Salud aprobó en mayo de 2015 un plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos, incluida la resistencia a los antibióticos. Su finalidad es asegurar que se pueda seguir previniendo y tratando enfermedades infecciosas por medio de fármacos eficaces y seguros.