Las heladas y la caída de nieve en lugares donde nunca había ocurrido serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
Una oleada de frío atípico azotó Texas durante las últimas semanas de febrero este año. Las calles del estado padecieron los estragos de tormentas potentes, que inmovilizaron a la población y la confinaron a sus hogares una vez más. Esta vez, para evitar accidentes viales por las lluvias y la nieve. Este fenómeno se apreciaba en Estados Unidos en el pasado. Debido al cambio climático, heladas más severas y violentas azotarán al norte del mundo a destiempo.
Cuando el invierno se atrasa
Antes de que se empezaran a manifestar las fluctuaciones en las estaciones por el cambio climático, febrero no era un mes de heladas en Texas. Sin embargo, los tiempos están cambiando a ritmos erráticos como consecuencia de la crisis a la que nos enfrentamos en la actualidad.
En Estados Unidos se viven panoramas casi antagónicos. Mientras la ciudad de Nueva York se recupera de los estragos del huracán Ida, otros estados al oeste intentan recuperar las áreas perdidas tras los incendios forestales incontenibles del verano. Algunas ciudades siguen inmovilizadas en consecuencia.
Este año, en Texas se vivió el invierno más frío en 30 años. Según Matthew Barlow y Judah Cohen, científicos climáticos del Massachussetts Institute of Technology (MIT), estos eventos están ligados al calentamiento del Círculo Polar Ártico, en los casquetes antaño congelados del planeta. De acuerdo con su artículo para The Conversation, los estragos son los más graves en la historia contemporánea de Estados Unidos.
A más calor en el Ártico, más frío en invierno
Aunque parezca contradictorio, entre más se calienta el Ártico, más frío habrá en el norte del mundo. Los inviernos se harán más crudos porque el límite entre el aire más frío y el más cálido se está desdibujando:
«LA CORRIENTE EN CHORRO FLUYE DE OESTE A ESTE, PERO ESA NO ES LA ÚNICA DIRECCIÓN EN LA QUE LAS ONDAS ATMOSFÉRICAS PUEDEN MOVERSE. TAMBIÉN LO HACEN HACIA ARRIBA Y HACIA ABAJO EN GRANDES DISTANCIAS, Y ESO PUEDE VINCULAR EL TIEMPO Y EL CLIMA EN UNA REGIÓN, COMO EL ÁRTICO, CON REGIONES EN OTROS LUGARES, COMO TEXAS», ESCRIBEN LOS AUTORES.
De acuerdo con la investigación, publicada en Science, las ondas atmosféricas han acarreado su influencia desde el Ártico hasta los países en el norte del continente americano y asiático. Por esta razón, la ola de frío que se presentó en febrero es consecuencia de este comportamiento errático del clima global.
Un calentamiento dos veces más rápido
El problema radica en que el Ártico se está calentando dos veces más rápido que el promedio mundial. Esto provoca grandes cambios en el clima de la región norte del planeta. Las consecuencias se están observando en Siberia, recubierta con una capa precoz de nieve. El comportamiento está basado en la transmisión de ondas de energía atípicas. Así se explica el fenómeno en el estudio:
«ESTAS ONDAS SE MUEVEN HACIA ARRIBA EN LA ESTRATOSFERA E INTERRUMPEN EL VÓRTICE POLAR ESTRATOSFÉRICO, OTRA BANDA DE VIENTOS RÁPIDOS QUE GIRA ALREDEDOR DEL POLO EN LA ESTRATOSFERA MEDIA, A UNAS 18 MILLAS HACIA ARRIBA. EN RESPUESTA, EL VÓRTICE SE DEBILITA Y SE ESTIRA».
Este vórtice también afecta cómo se mueven las olas, influidas de por sí por el viento y los campos de temperatura en la atmósfera. Con el impulso de las ondas atmosféricas, los cambios llegan a otras partes del mundo. «Lo que pasa en el Ártico no se queda ahí», concluyen los autores.