Uno de ellos en cuestión, se ha alzado como un martemoto de récord: uno de los terremotos marcianos más grandes y largos hasta la fecha, con temblores de magnitud 4,2 que duraron casi una hora y media, según la agencia espacial estadounidense. Aunque en la Tierra un terremoto de 4,2 en la escala Richter se consideraría ligero, en Marte es el mayor detectado hasta ahora.
Los principales instrumentos científicos del módulo de aterrizaje de energía solar son una sonda de calor excavadora y un conjunto de sismómetros super sensibles.
El módulo de aterrizaje InSight de la NASA pudo realizar la medición del temblor después de los esfuerzos para eliminar el polvo de sus paneles solares a principios de año, manteniendo el sismómetro en funcionamiento. Este es el tercer gran terremoto en un mes, con un temblor de magnitud 4,2 y 4,1 detectado previamente en el Planeta Rojo el 25 de agosto, según la NASA. Por el momento, desconocemos si Marte ha experimentado terremotos de mayor envergadura o simplemente el módulo InSight no ha podido detectarlos.
1.000 días en Marte
InSight cumplió 1.000 días en el planeta marciano el pasado 18 de septiembre, día en el que fue registrado el tremendo terremoto que ocurrió a unos 8.500 kilómetros de InSight, siendo también el temblor más distante que el módulo de aterrizaje ha detectado hasta ahora. Los científicos están trabajando para identificar la fuente y en qué dirección viajaron las ondas sísmicas.
Los otros terremotos tuvieron lugar el 25 de agosto, de magnitudes 4,2 y 4,1 respectivamente.
El análisis de los temblores, como decimos, aún está en curso, pero los científicos están entusiasmados con la posibilidad de aprender algo nuevo sobre el interior del planeta rojo.
"Incluso después de más de dos años, Marte parece habernos dado algo nuevo con estos dos terremotos, que tienen características únicas", dijo el geofísico planetario Bruce Banerdt del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Gracias a estos terremotos, los investigadores están pudiendo mapear el interior de Marte pues, cuando las ondas acústicas rebotan en el interior del planeta y se propagan a través de materiales de diferentes densidades, las señales resultantes se pueden decodificar para determinar cuáles son y dónde están esos materiales. Es una de las formas por las que también mapeamos el interior de la Tierra.
Además, los terremotos de agosto tienen algo en común además de ser grandes: ambos ocurrieron durante el día y las señales de los martemotos fueron lo suficientemente grandes como para elevarse por encima de cualquier ruido causado por el viento. Registrar distintos tipos de terremotos y a distancias igualmente distintas, proporcionará más información sobre la profundidad, grosor y manto del planeta, así como de su núcleo fundido.
No sin obstáculos
El módulo InSight no lo ha tenido fácil en el árido planeta marciano. Se había acumulado una gran cantidad de polvo en los paneles solares desde el aterrizaje, lo que reducía drásticamente su salida de energía, por lo que el equipo de la misión apagó temporalmente varios instrumentos para ahorrar energía.
Para eliminar parte del polvo tuvieron que ser creativos: lo hicieron utilizando el brazo robótico del módulo de aterrizaje para colocar gránulos de arena sobre los paneles solares para que el viento los “barriera” y se llevara polvo en el camino. Tuvo éxito.
Ahora que Marte se está acercando al Sol una vez más, la energía está comenzando a aumentar lentamente.