Un grupo de científicos descubrió tres virus similares al SARS-CoV-2 en murciélagos ubicados en Laos, al sudeste de Asia.
“Tres de los coronavirus encontrados en Laos eran inusuales: tenían una espícula molecular en su superficie que era muy similar a la espícula del virus que causa el COVID-19. Al igual que el SARS-CoV-2, su espícula les permitió adherirse a las células humanas”, según informó el New York Times.
El estudio fue dirigido por Marc Eliot, virólogo del Instituto Pasteur de París, quien precisó que, incluso, las cepas encontradas son más resistentes a las primeras del SARS-CoV-2.
El hallazgo abre una nueva posibilidad de acercarse al descubrimiento del origen del COVID-19, pues los investigadores tienen la hipótesis de que “estos virus similares al SARS-CoV-2 podrían transmitirse a las personas ocasionalmente, causando brotes leves y limitados. Pero advierten que, en las circunstancias adecuadas, esos patógenos podrían originar una pandemia similar a la del COVID”.
Tanto estos virus de murciélagos, como más de una decena de otros que han sido descubiertos en los últimos meses en Laos, Camboya, China y Tailandia, pueden ayudar a los investigadores a participar en pandemias futuras.
¿Hay riesgo para los humanos?
Los investigadores precisaron que aunque se encontraron variantes similares al SARS-CoV-2, “no significa necesariamente que esto represente una amenaza mortal. Es posible que no se propaguen a los humanos o, como especulan algunos científicos, que solo causen pequeños brotes. Se sabe que solo siete coronavirus han saltado la barrera de las especies para convertirse en patógenos humanos bien establecidos.”