Estudiar las primeras evidencias de vida a veces requiere un poco de suerte. Científicos canadienses encontraron residuos de carbono puro en un rubí que se formó en la corteza terrestre hace 2.500 millones de años. Los detalles de la investigación fueron publicados en Ore Geology Reviews.
El equipo de la Universidad de Waterloo cree que el grafito muy probablemente tiene origen biológico. Podrían ser los restos de algún microorganismo antiguo de la época anterior al surgimiento de la vida multicelular en la Tierra.
“El grafito dentro de este rubí es realmente único. Es la primera vez que vemos evidencia de vida antigua en un rubí”, dijo el geólogo Chris Yakymchuk. “La presencia de grafito también nos da más pistas para determinar cómo se formaron los rubíes en este lugar”, agregó.
Las piedras preciosas
Los rubíes son una variedad del corindón mineral, una forma cristalina de óxido de aluminio. Se forman bajo intenso calor y presión en los límites tectónicos de la Tierra, donde la subducción tectónica y la colisión crean el entorno necesario. Las piedras están imbuidas de su tonalidad por la presencia de cromo: cuanto más cromo, más roja es la gema.
Como todos los minerales, los rubíes varían en pureza y claridad. Los procesos de formación pueden conducir a la presencia de impurezas o inclusiones en gemas preciosas, lo cual las haría inadecuadas para joyería, pero adecuadas para la ciencia.
Yakymchuk y su equipo buscaban comprender mejor los procesos de formación del corindón mediante el estudio de los rubíes en Groenlandia, lugar donde se ubica uno de los depósitos más antiguos del mundo de dicho mineral. Mientras estudiaban estas muestras, encontraron la inclusión de grafito.
El grafito puede formarse abióticamente, mediante procesos químicos y minerales. No obstante, también puede ser un biomarcador. Una forma de discernir la diferencia es determinando el isótopo de carbono, los cuales son formas del mismo elemento con diferentes números de neutrones en los núcleos y, por lo tanto, diferentes masas atómicas.
Isótopos de carbono
El carbono-14 es el radiocarbono famoso utilizado para la datación precisa de artefactos físicos y se forma abióticamente en la atmósfera de la Tierra. El isótopo natural más ligero de carbono estable en la Tierra es el carbono-12, y este es el isótopo que se encuentra con mayor abundancia en la Tierra gracias a los organismos vivos.
El equipo descubrió que el grafito en el rubí era carbono-12, consistente con un origen orgánico. El conocer la edad de la gema, permitió a los investigadores delimitar cuál podría ser ese origen. La vida en la Tierra hace 2.500 millones de años era extremadamente limitada.
“Basándonos en la mayor cantidad de carbono-12 en este grafito llegamos a la conclusión de que los átomos de carbono alguna vez fueron vida antigua, muy probablemente microorganismos muertos como las cianobacterias”, afirmó Yakymchuk
Esto de igual manera condujo a algunas pistas sobre cómo se habrían formado los rubíes. El corindón no se forma en ambientes que tienen demasiada sílice. El grafito cambió la química de las rocas circundantes para crear condiciones favorables para el crecimiento del rubí. Sin él, los modelos del equipo demostraron que no habría sido posible formar rubíes en esta ubicación.