Náuseas y vómitos, dolor de pecho, cansancio y falta de la menstruación. Estos suelen ser algunos de los primeros síntomas del embarazo que dan la alerta a la mujer de que podría estar esperando un bebé. Sin embargo, todos hemos escuchado hablar de casos en los que la persona no sabía que estaba embarazada; pero ¿Cómo es esto posible?
Las mujeres con embarazos crípticos un día se levantan de manera normal y, al siguiente, tienen un bebé que cuidar. Y es que no suelen notar nada, ni siquiera el movimiento del bebé, durante los meses de embarazo. Tampoco suelen tener la típica barriga de embarazada; ya que apenas cogen peso. Todo esto suena a película; pero no sería la primera vez que escuchamos hablar de una mujer que de repente ha roto aguas sin saber que estaba embarazada.
Algunos de estos embarazos crípticos pueden ser el resultado de que las mujeres confundan sus síntomas. Por ejemplo, las mujeres con amenorrea frecuente o las que están en la premenopausia podrían no darle importancia a la falta de su menstruación. ¿Y el resto de molestias? Podrían achacarse a que la persona está enferma, porque... ¿Quién no lo ha estado alguna vez?
Embarazos crípticos: la culpa la tiene una hormona
Sin embargo, parece ser que en realidad hay toda una explicación científica detrás de los embarazos crípticos. Y es que algunas mujeres no llegan a enterarse hasta el parto de que están embarazadas por culpa de una hormona.
Incluso las mujeres que ya han tenido hijos pueden tener un embarazo críptico
La hormona del embarazo, también conocida como hormona gonadotropina coriónica humana, o hCG aumenta en el cuerpo de la persona embarazada pasados unos diez días desde la fecundación. De hecho, suele ser la culpable de las náuseas y vómitos del primer trimestre. Pero también de otros de los síntomas del embarazo como el cansancio, la irritabilidad o los cambios de humor; y las molestias digestivas como el ardor, las indigestiones o la diarrea. Esta es, además, la hormona que se busca en la orina cuando una mujer se hace un test de embarazo. También se puede encontrar en la sangre si la prueba es una analítica.
Pero no todas las mujeres tienen una alteración tan grande de la hCG como para dar positivo ante una prueba de embarazo, según apuntan algunos estudios. Y, además, como suele ser la causante de los síntomas del embarazo típicos del inicio, al no aumentar tampoco se dan. Además, también hay que señalar que los bebés en ciertas posiciones (por ejemplo con la placenta delante) o en mujeres con sobrepeso apenas producen barriga de embarazada.
En definitiva, incluso las mujeres que ya han pasado antes por todo esto pueden tener un embarazo críptico si sus niveles de hCG no aumentan todo lo que deben. Al final, todo esto conforma la ecuación del miedo... o de la felicidad.