Dormir en un horario en particular nos ayudaría a prevenir enfermedades cardiovasculares, según un nuevo estudio con 88mil datos biométricos.
Estudio gigante
La biología del sueño es un campo fascinante para la investigación científica pues aunque hemos realizado grandes avances aún hay mucho que no conocemos sobre el origen, fisiología y funciones biológicas del sueño. Por ejemplo, tenemos muy establecida la relación entre este proceso biológico y la salud del sistema cardiovascular pero no conocemos sus detalles. Estos pueden ser realmente impresionantes, como el recién revelado en un nuevo estudio el cual sugiere que hay un momento óptimo para conciliar el sueño.
En el artículo publicado en European Heart Journal, los investigadores sugieren una relación entre el momento del inicio del sueño y el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV), sobre todo en mujeres. Es decir, si queremos evitar las ECV, ir a dormir entre las 10 y 11 pm sería lo recomendable.
El equipo liderado por David Plans, psicólogo de la Universidad de Exeter, analizó los datos recopilados de los acelerómetros de muñeca de 88.026 participantes. En estos datos, que son parte del BioBanco del Reino Unido, se observaron 3,172 casos de enfermedad cardiovascular durante casi seis años de seguimiento de los participantes. Como podrás notar, esta cantidad de información convierte al estudio en uno de los más grandes jamás realizados sobre la biología del sueño.
Los problemas de la lechuza
Al comparar tal volumen de datos, los especialistas pudieron acercarse bastante a la hora adecuada para ir a la cama. Descubrieron que quedarse dormido después de la medianoche o antes de las 10 pm está asociado con un aumento de alrededor del 25% en el riesgo de ECV.
Atención lechuzas que el Dr. Plans tiene una advertencia: «el momento más riesgoso para dormir es después de la medianoche, potencialmente porque es capaz de reducir la probabilidad de ver la luz de la mañana, lo cual restablece el reloj biológico». Esta probabilidad es, por alguna razón desconocida, más riesgosa para las mujeres.
«Puede ser que exista una diferencia de sexo en la forma en que el sistema endocrino responde a una interrupción en el ritmo circadiano», sugiere Plans.
Mediante este tipo de estudio no es posible determinar si el tiempo de sueño en sí mismo contribuye a la enfermedad cardíaca. Otros factores relacionados con quedarse despierto hasta tarde podrían ser los causantes de los problemas.
Datos biométricos
A pesar de sus limitaciones, como el grupo demográfico predominante, la investigación rescata la importancia del uso de datos biométricos. Estos eliminan los posibles sesgos de recuerdo que podrían estar presentes en los estudios basados en datos de encuestas.
Además, los resultados fortalecen análisis anteriores que muestran un mayor riesgo de ECV para las personas con retraso en la hora de dormir. Esto va de la mano con lo que entendemos sobre la fisiología de nuestro reloj biológico: que necesita un reinicio programado regularmente.
«Si bien no podemos concluir la causalidad de nuestro estudio, los resultados sugieren que la hora de acostarse ya sea temprano o tarde es más probable que altere el reloj corporal, con consecuencias adversas para la salud cardiovascular».