Es el reino de los planetas gigantes: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, que se extiende hasta 30 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. A diferencia de los planetas terrestres rocosos como la Tierra y Marte que se apiñan cerca del calor del Sol (en el sistema solar interior), estos mundos lejanos están compuestos principalmente de sopas gaseosas frías de hidrógeno, helio, amoníaco, metano y otros gases, alrededor de un compacto e intensamente caliente centro.
El Hubble, el telescopio más famoso del mundo, realiza cada año un gran recorrido por los planetas del sistema solar exterior, revisando sus turbulentas atmósferas en busca de cambios en el clima, tormentas, nubes y colores. Y ya tenemos las instantáneas del periplo anual disponibles. Como grandes bolas espesas de gas y hielo, los colores y patrones en sus superficies cambian constantemente, impulsados por fuerzas dinámicas que aún no se comprenden del todo.
Júpiter
La imagen de Júpiter muestra la tumultuosa atmósfera del planeta gigante. Si bien el ecuador se ha alejado de su apariencia tradicional de color blanco o beige durante algunos años, los astrónomos se sorprendieron al encontrar un naranja más intenso en las imágenes recientes del Hubble, cuando esperaban que la zona se volviera a nublar.
Saturno
La imagen de Saturno muestra cambios de color rápidos y extremos en las bandas del hemisferio norte del planeta, donde ahora estamos a principios de otoño. Las bandas han variado a lo largo de las observaciones del Hubble tanto en 2019 como en 2020.
Urano
La vista de Urano pone en el centro de atención la brillante capucha polar norte del planeta. Es primavera en el hemisferio norte y el aumento de la radiación ultravioleta del Sol parece estar provocando que la región polar se ilumine.
Neptuno
La mancha oscura de Neptuno, que recientemente se descubrió que había cambiado de rumbo al moverse hacia el ecuador, es visible en esta imagen del Hubble. Su característico color azul es el resultado de la absorción de luz roja por las atmósferas ricas en metano de los planetas, combinado con el mismo efecto de dispersión de Rayleigh que hace que el cielo de la Tierra sea azul.
Referencia: NASA, ESA, A. Simon (Goddard Space Flight Center), and M.H. Wong (University of California, Berkeley) and the OPAL team