Los Xenobots miden menos de un milímetro y son capaces de replicarse. Son mitad animal y mitad robots y suponen un avance muy importante para comprender a las células, e incluso controlarlas según las necesidades que tengamos.
Los Xenobots son biorobots creados en laboratorio, a partir de células vivas de rana. Si bien suena sencillo, más bien parece sacado de una película de ciencia ficción. Estos robots con vida tienen forma de Pac-Man y se reproducen de una forma jamás vista en el mundo animal o vegetal.
El trabajo fue realizado por científicos de EE.UU. y cuenta con resultados prometedores para aplicar en el campo de la medicina regenerativa.
Cómo crearon a los robots capaces de replicarse a sí mismos
Los cuatro científicos partieron de células vivas de rana, más precisamente de sus embriones. Estas células tienen un ‘programa’ que les indica qué es lo que tiene que hacer para que la rana se desarrolle.
Los científicos de la Universidad de Vermont (UVM) lograron modificar ese programa con la ayuda de inteligencia artificial, para crear células que son mitad robots y mitad animal, y que tiene objetivos diferentes a los que tenían cuando se encontraban en el embrión.
Los Xenobots, fueron creados en una supercomputadora a partir de bloques de construcción biológicos específicos basados en un algoritmo evolutivo de estas ranas.
Xenobots, los Pac-Man de la vida real
Gracias al aporte de inteligencia artificial estas células se agruparon en un progenitor xenobot, compuesto por unas 3000 células, con forma una esfera. El progenitor pronto encontró un modo de replicarse en una nueva manera de reproducción biológica.
Pronto tuvo hijos, nietos, bisnietos y más, que a su vez pueden nadar, encontrar células individuales, reunir cientos de ellas y juntar ‘bebés’ Xenobots en el interior de su boca en forma de Pac-Man.
“Con el diseño adecuado, pueden replicarse espontáneamente”, afirma Joshua Bongard, informático y experto en robótica de la Universidad de Vermont (UVM), que ha codirigido el trabajo.
“Estas células tienen el genoma de una rana, pero, liberadas de convertirse en renacuajos, utilizan su inteligencia colectiva, una plasticidad, para hacer algo asombroso”, Michael Levin, uno de los científicos que participó del trabajo.
“Pedimos a la supercomputadora de la UVM que averiguara cómo ajustar la forma de los progenitores iniciales, y la IA dio con algunos diseños extraños tras meses de trabajo, incluido uno que se parecía a Pac-Man”, cuenta Sam Kriegman, autor principal, e investigador postdoctoral en el Centro Allen de Tufts y el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard.
El hallazgo y la simbiosis entre los robots Xenobots y las células, representan un paso importante para la medicina regenerativa. “Si supiéramos cómo decirle a los grupos de células que hagan lo que queremos que hagan y cómo replicarse, sería la solución a las lesiones traumáticas, los defectos de nacimiento, el cáncer y el envejecimiento”, explica Levin.