¿Los animales no tienen similitudes con los humanos? Un estudio resalta que los tienen y más de los que pensamos que no sólo se enfocan en lo biológico, sino que en la forma de interactuar con su entorno y entre los miembros de la comunidad, por ejemplo, heredan bienes y privilegios.
Un grupo de investigadores realizó un estudio en materia de ecología conductista para conocer cuál era el comportamiento de los animales entre sus familias o comunidades, así como la forma en que las que su interacción influía en la calidad de vida.
Los resultados de este estudio señalaron que las especies tienen fenómenos similares a los que practican los humanos, como la distribución de los bienes y privilegios en el mundo animal. En otras palabras, la forma en que heredan los “bienes no genéticos”.
De acuerdo con el estudio, hay animales que heredan nidos, territorios y herramientas que dictan las “clases sociales”, el nivel de desigualdad, las aptitudes y la supervivencia de las nuevas y próximas generaciones, tal como sucede con los humanos que heredan sus bienes y pertenencias.
La herencia dicta la calidad de vida del animal
Los investigadores concluyeron que la herencia dicta el nivel de vida que tendrán los animales beneficiados, por ejemplo, hay especies que pueden heredar suficiente calidad de alimento dejando como resultado una vida más prolongada y sana, disminuyendo los riesgos de peligro porque ya no deben salir a conseguir comida para sobrevivir.
Por lo mismo, al llevar una calidad de vida alta pueden procrear más rápido a diferencia que los que no heredan nada o poco.
Animales que heredan bienes no genéticos
El estudio se encargó de analizar el comportamiento de diferentes especies y encontró que mamíferos, distintas especies de peces, aves e insectos se encargan de heredar sus privilegios hereditarios a las nuevas generaciones.
Un ejemplo de esto son las ardillas rojas norteamericanas que se encargaban de almacenar alimentos para las crías o especies más jóvenes. La madre se encarga de hacer un acopio de piñas y, posteriormente, concederle a una de las crías el “derecho” de usar el territorio donde esconde las provisiones.