Una tumba en Inglaterra de casi 6000 años contiene los restos de 27 integrantes de una familia que representan un linaje de cinco generaciones que desciende de un hombre y cuatro mujeres. Los estudios de ADN han permitido reconstruir el árbol genealógico que sugiere que había matrimonios polígamos en las altas esferas de la sociedad neolítica.
Los investigadores detrás del hallazgo piensan que era poco probable que el hombre ancestral tuviera cuatro esposas una tras otra. No obstante, probablemente tuvo más de una y, al mismo tiempo.
El túmulo neolítico
La tumba de Hazleton North se remonta a principios del período neolítico en Inglaterra, y es probable que los antepasados inmediatos de las personas enterradas allí hubieran llegado a Gran Bretaña desde Europa continental como parte de una ola de inmigrantes de agricultores neolíticos. Ahí se establecieron, fortalecieron vínculos y formaron familias. Hoy, los restos de un linaje han sido analizados genéticamente, brindando datos importantes sobre las relaciones interpersonales de nuestros antepasados.
Los huesos del estudio eran de los restos humanos de 35 personas excavados en la década de 1980 en el túmulo Hazleton North en las colinas de Cotswold, al oeste de Inglaterra. Antes de que el túmulo quedara destruido completamente por el arado, arqueólogos extrajeron hace algunos años material genético de huesos y dientes. Luego, el genetista de poblaciones y coautor de la reciente publicación, Iñigo Olalde, trabajó con las secuencias de ADN para reconstruir los lazos familiares.
Pronto quedó claro que las interrelaciones eran muy complejas. «Cuando esto se hizo evidente, fue bastante sorprendente, pero muy divertido, encontrar a toda esta familia». El análisis pudo precisar las interrelaciones de solo 27 de los 35 cuerpos, incluidas dos niñas.
Los resultados mostraron que los hombres solían ser enterrados cerca de sus padres y hermanos, indicios de una descendencia patrilineal. Es decir, las generaciones posteriores enterradas en la tumba estaban conectadas con la generación más temprana a través de sus parientes masculinos.
La familia
La tumba se dividía en dos cámaras en forma de L, ubicadas en el norte y sur de la estructura. La elección de en qué cámara se enterraban los individuos dependía de las mujeres de la primera generación de las que descendían. Las descendientes de dos de las mujeres fueron enterradas en la cámara norte, y los descendientes de las otras dos mujeres fueron enterrados en la cámara sur.
Ese hallazgo sugiere que estas mujeres de primera generación también eran socialmente significativas en su comunidad y que su estatus fue reconocido cuando se construyó la tumba.
Dos de las hijas del linaje que habían muerto en la infancia fueron enterradas en la tumba. Sin embargo, ninguna hija adulta del linaje fue enterrada allí; posiblemente fueron enterradas en las tumbas familiares de sus compañeros varones.
Los especialistas además identificaron en la misma tumba los restos de tres mujeres y cinco hombres que no tenían relación genética con la familia. Es posible que las mujeres estuvieran casadas con hombres enterrados en la tumba y no tuvieran hijos o solo hijas adultas que luego fueron enterradas en otro lugar.
«Se desconoce el significado de los cinco hombres no emparentados, pero es posible que hayan sido adoptados en la familia o conectados de alguna manera a través de relaciones que no se pueden determinar genéticamente«.