El agua podría estar mucho más extendida en nuestro universo de lo que creíamos. Un equipo de investigadores del Institut de Minéralogie, de Physique des Matériaux et de Cosmochimie, el Institut d'Astrophysique Spatiale, the Nanosciences et Innovation pour les Matériaux y la Biomédecine et l 'Unidad de investigación Énergie (CNRS / CEA), entre otros, han concluido que hasta la mitad del agua de nuestro planeta se formó antes de que existiera nuestro propio planeta, es decir, en la nube de polvo y gas que fue la progenitora de nuestro sistema solar.
Y... si el agua puede formarse en abundancia en tales nubes, entonces puede encontrarse en todas partes. Es una noticia fabulosa de cara a nuestra búsqueda de vida extraterrestre en otros sistemas planetarios.
Abundancia de agua
Nuestro sistema solar se caracteriza por ser bastante prolífico en ese líquido elemento que sustenta la vida que llamamos agua. Sin ella, la vida tal y como la conocemos, no existiría. En nuestro planeta, existe en abundancia y, por el momento, es el único lugar en el que hemos encontrado vida. Pero hay agua en la Luna, en Marte, en Mercurio, en las lunas heladas de los planetas gigantes, en los cometas... pero la gran pregunta es: ¿de dónde vino toda esa agua?
Para responder a esta pregunta, un equipo dirigido por el geoquímico Jérôme Aléon del Museo Nacional de Historia Natural de Francia, analizó los isótopos de agua en un meteorito del nacimiento del Sistema Solar descubriendo que coinciden con los isótopos de agua que se encuentran en la Tierra a día de hoy.
"La composición isotópica inicial del agua en el Sistema Solar es de suma importancia para comprender el origen del agua en los cuerpos planetarios, pero sigue siendo desconocida, a pesar de numerosos estudios", escriben los autores en su estudio publicado en la revista Nature Astronomy.
¿Qué significa esto?
Teniendo en cuenta que ciertos meteoritos pueden representar auténticas cápsulas del tiempo del nacimiento del sistema solar, puesto que hay muestras de rocas ocasionales que llegan a la superficie de la Tierra con pocos signos de cocción excesiva, es decir, que no han sufrido eliminación o borrado de las huellas de sus orígenes, representan una excelente oportunidad para indagar sobre el contenido de agua que una vez contuvieron.
Concretamente, el meteorito Efremovka, descubierto en Kazajistán en 1962, tiene componentes que datan de hace 4570 millones de años. Los científicos examinaron este meteorito y sus antiguas inclusiones de calcio y aluminio utilizando una tecnología única creada específicamente para este propósito.
Los minerales y las proporciones encontradas en este meteorito indicaron que existieron dos grandes depósitos de gas en los primeros 200.000 años de existencia de nuestro Sistema Solar antes de que se formaran los planetesimales (o semillas de planetas).
Uno de estos depósitos tenía mucha agua. Y resulta que la composición isotópica de esa agua es extremadamente similar a la del agua de la Tierra, lo que indica que el agua estaba allí desde el principio, en el sistema solar primitivo, incluso antes de que la Tierra fuera una mota en el disco protoplanetario.