Investigadores de Yale y Caltech desarrollaron la teoría que unas rocas interactuaron con el agua de mar de la manera correcta para impulsar la existencia de materia biológica en los primeros años de la Tierra, lo que resulto en un planeta capaz de albergar vida.
“Este período es el momento más enigmático en la historia de la Tierra. Presentamos la teoría más completa, con diferencia, para los primeros 500 millones de años de la Tierra”, declaró en un comunicado el profesor de ciencias planetarias y de la Tierra en Yale y coautor de un nuevo estudio en la revista Nature, Jun Korenaga.
La mayoría de los científicos, dijo, creen que la Tierra comenzó con una atmósfera muy parecida a la del planeta Venus.
Sus cielos estaban llenos de dióxido de carbono, los niveles de carbono atmosférico eran 100 mil veces más mayores y la temperatura de la superficie de la Tierra habría superado los 204 grados Celsius.
Con esas características la vida biológica no habría podido formarse y mucho menos sobrevivir.
“De alguna manera, se tuvo que eliminar una gran cantidad de carbono atmosférico. Debido a que no se conserva ningún registro de roca de la Tierra primitiva, nos propusimos a construir un modelo teórico para la Tierra primitiva desde cero”, enfatizó el primer autor del estudio y becario postdoctoral Stanback en Caltech, Yoshinori Miyazaki.
Miyazaki y Korenaga combinaron aspectos de termodinámica, mecánica de fluidos y física atmosférica para construir su modelo y descubrieron que la Tierra primitiva estaba cubierta de rocas que actualmente no existen en este planeta. Estas rocas contenían un mineral llamado piroxeno y eran color verdoso oscuro.
Miyazaki expresó que estas rocas estaban enriquecidas en magnesio, con un nivel de concentración que rara vez se observa en las rocas actuales.
Estos minerales en magnesio reaccionaron con el dióxido de carbono para producir carbonatos, lo que desempeña un papel clave en el secuestro del carbono atmosférico.
Los investigadores especularon que a medida que la Tierra fundida comenzó a solidificarse, su manto hidratado y húmedo, la capa rocosa de 3 mil kilómetros de espesor del planeta, se contrajo vigorosamente.
La combinación de un manto húmedo y piroxenitas con alto contenido de magnesio aceleró drásticamente el proceso de extracción de CO2 de la atmósfera.
De hecho, los investigadores dijeron que la tasa de secuestro de carbono atmosférico habría sido más de 10 veces más rápida de lo que sería posible con un manto de rocas de hoy en día, lo que requiere solo 160 millones de años.
“Nuestra teoría tiene el potencial de abordar no solo cómo la Tierra se volvió habitable, sino también por qué surgió la vida en ella”, finalizó Korenaga.