En la próxima década la forma en que se producen los alimentos cambiará, pues de existir una producción industrial y masiva, también habrá la opción de que se produzcan alimentos personalizados incluso en los propios hogares.
De acuerdo con la consultora Findasense, la industria alimentaria se encuentra en constante evolución y con ella también se transforman los gustos y hábitos de consumo de las personas. Por ello, asegura que para el año 2030 se comerán alimentos diferentes a cualquier cosa que se haya experimentado antes.
Su reporte “Future Food & Beverages 2030” revela que uno de los cambios en la producción de alimentos en la próxima década será la integración de impresoras 3D en los hogares para imprimir alimentos.
El estudio señala que la comida será creada con texturas y formatos únicos, adaptada a las necesidades nutricionales de cada persona. Afirma que esta alternativa puede ser una de las soluciones a impacto ambiental de la industria alimentaria, tanto para reducir el desperdicio como para imprimir carnes con huella de carbono cero.
“La tecnología jugará un papel fundamental para la creación de la comida del futuro. Y gracias a sus avances, las marcas sabrán en todo momento cuál producto ofrecer de acuerdo con las necesidades del momento, de tal manera que conocerán mejor a los consumidores, mucho más que ellos mismos”, asegura Facundo Castro, Client Success & Project Lead de Findasense.
El estudio Future Food & Beverages 2030 indica que la proteína animal como la conocemos actualmente podría convertirse en un lujo en el futuro. La carne y leche cultivadas en laboratorio ofrecen una forma segura y libre de enfermedades gracias a los altos estándares de control, sin involucrar sufrimiento de animales y, al mismo tiempo, reduciendo las emisiones de efecto invernadero.
Los expertos de Findasense aseguran que se espera que haya opciones asequibles disponibles comercialmente en los próximos años, con una composición nutricional mejorada y adaptada a diferentes grupos poblacionales.
La consultora cita al Institute for the Future, radicado en California, que diseñó un prototipo que podría fabricar tocino en casa con cápsulas de células. Señala que se prevé que los supermercados tengan un pasillo de “cultivado en laboratorio”, en el que la gente acceda a carnes cultivadas o bien, adquiera su propio kit para desarrollarlo en casa.
Asimismo, apunta que la industria de los insectos comestibles podría proporcionar una alternativa ambientalmente sostenible al consumo de carne, al utilizar 95% menos de agua para su producción, así como una alternativa de alimento para mascotas o peces criados con acuacultura.
El estudio también dice que las empresas trabajan para encontrar la forma de eliminar el plástico de un solo uso, ya que en la actualidad 95% de los envases se desechan terminado el producto y generalmente estos residuos terminan contaminando mares y océanos.
Afirma que existen alternativas que ya se están implementando como el packaging (embalaje) comestible o compostable, y los recipientes que se reciclan con mayor facilidad como el aluminio, el cartón o el vidrio, sin embargo, nuevos modelos de negocio como los supermercados sin plástico y los servicios de refill a domicilio serán moneda corriente en el futuro.
“Un ejemplo que destaca Findasense son las algas como una opción para la elaboración de packaging comestible, la empresa británica de delivery Just Eat, ha realizado una prueba de envasar catsup en este material para las entregas a domicilio. Este estudio nos permitió visualizar los cambios que se aproximan respecto al consumo de alimentos en México y a nivel mundial, donde los rápidos avances tecnológicos continuarán alimentando las expectativas de las personas a una respuesta inmediata y en tiempo real, a sus demandas y necesidades”, agrega Facundo Castro.