Imagina a las telarañas como finas cuerdas que vibran con cada presa que cae en ella. Estas vibraciones son diferentes a las que produce otra araña que se acerca para el cortejo, y también muy diferentes a las producidas por las hojas que deja caer el viento.
A partir de las vibraciones, la magia ocurre: se produce el sonido, la música.
Hace unos años, el artista Tomás Saraceno colaboró con científicos para crear un instrumento musical interactivo, llamado Spider’s Canvas. Este surgió a partir de la conversión de la estructura tridimensional de una telaraña en música.
Dicho trabajo no solo les ayudó a comprender mejor la arquitectura tridimensional de una telaraña, sino que incluso nos servirá para aprender el lenguaje vibratorio de las arañas.
«La araña vive en un entorno de cuerdas vibrantes», explicó el ingeniero Markus Buehler del MIT en 2021. «No ven muy bien, por lo que sienten su mundo a través de vibraciones, que tienen diferentes frecuencias».
Estructuras tridimensionales
Contrario a lo usualmente se piensa, las telarañas no son planas, con radios radiales alrededor de los cuales la araña construye una red en espiral; sino que están construidas en tres dimensiones, como telas en láminas, telas enredadas y telas en embudo.
Para explorar la estructura de este tipo de telarañas, el equipo alojó una araña tropical, Cyrtophora citricola, en un recinto rectangular y esperó a que hiciera lo suyo. Luego usaron un láser de hoja para iluminar y crear imágenes de alta definición de secciones transversales 2D de la red.
Después, un algoritmo especialmente desarrollado reconstruyó la arquitectura 3D de la web a partir de estas secciones transversales 2D. Para convertir esto en música, se asignaron diferentes frecuencias de sonido a diferentes hilos. Las notas así generadas se tocaban en patrones basados en la estructura de la red.
Además de eso, escanearon una red mientras se hilaba, traduciendo cada paso del proceso en música. Esto significa que las notas cambian a medida que cambia la estructura de la red, de esa forma el oyente puede escuchar el proceso de construcción de la red.
«Al escucharlo y verlo al mismo tiempo, realmente puedes comenzar a comprender el entorno en el que vive la araña.» Así suena una telaraña en construcción:
El lenguaje arácnido
No solo es una experiencia inmersiva y fascinante, también nos ayuda a comprender la arquitectura de una telaraña y por qué están construidas de esa forma. Por ejemplo, el equipo logró desarrollar un algoritmo para identificar los tipos de vibraciones de una telaraña, traduciéndolas a «presa atrapada», «tela en construcción» u «otra araña ha llegado con intenciones amorosas».
«Ahora estamos tratando de generar señales sintéticas para hablar básicamente el lenguaje de la araña«, dijo Buehler.
«Si las exponemos a ciertos patrones de ritmos o vibraciones, ¿llegaremos a afectar lo que hacen y podremos comenzar a comunicarnos con ellas? Esas son ideas realmente emocionantes».