La reproducción asexual podría ser una realidad en un futuro no tan lejano; si bien muchos se preocupan por las cuestiones éticas que podría traer consigo, lo cierto es que cada vez se avanza más en este tema. Hace tan sólo dos semanas científicos chinos lograron que una ratona tuviera crías luego de crear un óvulo no fecundado gracias a la edición genética; esta técnica de la reproducción asexual es conocida como partenogénesis.
Contrario a lo que se podría creer, la partenogénesis llega a ocurrir de manera natural; es una forma de reproducción basada en el desarrollo de células sexuales femeninas (óvulos) no fecundadas, que se da con cierta frecuencia en platelmintos, rotíferos, tardígrados, crustáceos, insectos, anfibios y reptiles, más raramente en algunos peces y, excepcionalmente, en aves.
¿Cómo se logra la reprodución asexual asistida?
El proyecto estuvo liderado por Yanchang Wei, investigador de medicina reproductiva en el Hospital Ren Ji de Shanghái, en China, y generó un embarazo a partir de un solo óvulo sin fecundar gracias a la modificación química del ADN, con lo cual se puede activar o desactivar ciertos genes.
Gracias a eso pudieron imitar las características genéticas en siete puntos distintos del genoma de un óvulo que ya tenía dos copias de cada gen, lo cual desató los procesos que se siguen en una fecundación y el óvulo se convirtió en un blastocisto de 140 células. Lograron implantar 192 embriones en otras hembras, pero sólo una pudo dar a luz a una cría que sobrevivió, la cual, según se detalla, creció y se reprodujo de forma normal.
Pese a la euforia, hay científicos que se toman esto con calma, pues consideran que pese a ser un avance, aún es un proceso muy ineficiente y probablemente imposible de reproducir a una escala humana. El siguiente paso es tratar de saber si es posible perfeccionar las técnicas. Las cuestiones éticas de reproducir este experimento en humanas vendrán después.