La paradoja de Fermi expone que si los humanos no son especiales y las civilizaciones pueden surgir de forma habitual en el universo, ¿por qué todavía no hemos encontrado a nadie más? (se han dado algunas soluciones bastante audaces en el pasado y sí, lo sentimos, queda descartado cualquier panorama similar a lo que sucede en Star Trek)
Recordando a Carl Sagan
Hace pocas semanas, un equipo de científicos anunció sus planes para transmitir un mensaje, al estilo de los discos de oro que contienen las sondas Voyager (los Sonidos de la Tierra) -cuyo contenido fue seleccionado para la NASA por un comité presidido por Carl Sagan- y que fueron lanzadas en 1977. Dicho mensaje de radio actualizado contiene la ubicación de la Tierra en el espacio profundo, con la esperanza de que algún día pueda ser recibido y entendido por una civilización alienígena.
Ahora, otro equipo de científicos ha realizado una estimación de cuánto tiempo nos podría llevar realmente contactar con extraterrestres. Estimaron el número de civilizaciones inteligentes extraterrestres comunicantes (CETI) que existen utilizando dos parámetros: la probabilidad de que aparezca vida en un planeta terrestre y la etapa de evolución de la estrella anfitriona del planeta en la que nacería esta civilización.
Song y Gao ejecutaron una serie de escenarios de modelado utilizando diferentes valores para estas variables y obtuvieron una perspectiva optimista y otra pesimista.
Obtuvieron dos escenarios posibles mirando los extremos: en el mejor de los casos, podría ser alrededor de dos milenios (sí, 'solo' 2 000 años), estiman los expertos de la Universidad Normal de Beijing en Pekín (China), mientras que en la visión pesimista la espera sería mucho más larga: 400 000 años para ser precisos.
El optimista usó los valores F = 25 por ciento y fc = 0,1 por ciento, lo que significa que una estrella debe tener al menos un 25 por ciento de vida antes de que pueda emerger un CETI y para cada planeta terrestre, solo hay un 0,1 por ciento de posibilidades de que aparezca un CETI. Las variables del escenario pesimista fueron F = 75 por ciento y fc = 0,001 por ciento.
Necesitarían sobrevivir durante miles de años
“Como la única civilización inteligente avanzada en la Tierra, una de las preguntas más desconcertantes para los humanos es si nuestra existencia es única. La razón por la que no hemos recibido una señal puede ser que la vida útil de comunicación de los humanos no es lo suficientemente larga en la actualidad”, explican los autores Wenjie Song y He Gao en su estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal.
Concretamente, consiguieron generar nueve escenarios en los que estas civilizaciones inteligentes extraterrestres eran raras o comunes. Si las CETI son raras (del orden de 110 en toda la Vía Láctea), entonces esta civilización podría tener que sobrevivir durante 400 000 años antes de recibir una señal de otra. En el mejor de los casos, con alrededor de 43 000 CETI, se necesitarían al menos 2 000 años para que una civilización comunicante obtenga su primer saludo cósmico.
¿Escéptico?
No eres el único. Actualmente nos es imposible saber científicamente cuántas civilizaciones hay ahí fuera, si es que las hay. Sin embargo, estudios como este nos permiten producir modelos valiosos basados en suposiciones lógicas "que al menos pueden producir estimaciones plausibles de la tasa de ocurrencia de tales civilizaciones".
“La razón por la que no hemos recibido una señal puede ser que la vida útil de comunicación de los humanos no es lo suficientemente larga en la actualidad. Sin embargo, se ha propuesto que es muy probable que la vida útil de las civilizaciones sea autolimitada (conocido como el argumento del fin del mundo), debido a muchas alteraciones potenciales, como problemas de población, aniquilación nuclear, cambio climático repentino, cometas rebeldes, cambios ecológicos, etc... Si el argumento del Día del Juicio Final es correcto, en algunas situaciones pesimistas, es posible que los humanos no reciban ninguna señal de otros CETI antes de la extinción”, concluyen los investigadores.