El arte de la Edad de Piedra tiene, además de las pinturas rupestres, impresionantes construcciones arquitectónicas. El megalitismo se extendió por gran parte de la Europa occidental, con grandes bloques de piedra que delimitaban un espacio, y hubo diferentes modelos constructivos. De entre todos los ejemplos, Stonehenge es el monumento megalítico más conocido del mundo. Millones de visitantes se acercan cada año a las enormes piedras dispuestas en círculos que componen esta obra prehistórica. Pero, a pesar de su fama y los innumerables estudios que se han hecho sobre Stonehenge, tenemos más dudas que respuestas acerca de cómo se construyó y para qué.
¿Qué es Stonehenge?
Es un monumento prehistórico situado en la llanura de Salisbury, en el condado de Wiltshire, al sur de Inglaterra y a unos 130 kilómetros de Londres. Además de su condición de monumento, también es uno de los yacimientos prehistóricos más destacados del mundo, en el que se continúa trabajando constantemente para recabar más información sobre nuestro pasado.
El monumento se enmarca en la arquitectura megalítica y, en concreto, es un crómlech: término galés que vendría a significar “corona de piedra”. Y, efectivamente, es una descripción bastante visual de la construcción. El conjunto lo forman piedras de gran tamaño o menhires, depositados en el suelo verticalmente y formando círculos concéntricos (o elipses).
Stonehenge está compuesto por cuatro circunferencias de piedras verticales adinteladas con otras piedras de gran tamaño, aunque actualmente solo algunas se mantienen en su posición. Los dos alineamientos internos están dispuestos en forma de herradura, delimitando un espacio donde se sitúa una losa de arenisca verdosa de cinco metros de largo, conocida como la Piedra del Altar. Toda la estructura está rodeada por un foso cavado en la tierra, abierto únicamente por lo que se piensa que era un camino procesional de acceso al monumento, “la avenida”, que se extiende desde el interior de Stonehenge hasta el río Avon (unos 2,5 kilómetros).
Pero el monumento no presentó siempre este aspecto. Si no que estamos presenciando actualmente solo la fase final de una construcción con cambios producidos a lo largo de 1600 años.
¿Cuándo se construyó?
Los investigadores distinguen tres fases de construcción que van desde el 3700 a. C. al 1600 a. C. En un primer momento el monumento consistiría en un anillo de 56 postes de madera. Entre el 3000 y el 2200 a. C. se daría una segunda fase en la que se construyeron estructuras de madera. Y entre esta segunda fase y el 1600 a. C. fue el tiempo en el que se levantaron las grandes piedras que hoy nos maravillan.
¿Cómo se construyó?
Empezamos a entrar en terreno pantanoso, donde las distintas teorías empiezan a abundar a falta de investigaciones que encuentren nuevas evidencias. Pero sí que podemos descartar, por ahora, ayuda de alienígenas o el uso de tecnología que no perteneciera a la habitual del Neolítico y la Edad del Bronce.
Los ochenta pilares de piedra azul pesan alrededor de cuatro toneladas por cada pieza y fueron traídas de las colinas de Preseli, en Pembrokshire, lo que suponen unos 300 kilómetros de transporte ayudados de rodillos o bolas de madera para hacer avanzar las enormes piedras. Una vez en la llanura, se cavaba un hoyo provisto de una rampa, por la que se introducía la piedra y, con cuerdas y palancas, tiraban hasta colocar verticalmente la pieza. En cuanto a los dinteles, se piensa que serían subidos a su posición mediante rampas de tierra o con andamiajes de madera.
¿Para qué se construyó?
Es obvio que tantísimo esfuerzo prolongado durante años tuvo que tener un objetivo y función especiales. En la actualidad, la interpretación que más aceptación tiene entre los investigadores es que se trataba de un centro ritual alineado con el movimiento del sol. Al igual que otras culturas se han empeñado en levantar enormes columnas y dinteles cada vez más complejos, podríamos decir que Stonehenge es el equivalente prehistórico de una catedral o un templo grecolatino.
Mucha simbología envuelve al monumento. Su orientación con el solsticio de verano y el de invierno, la presencia de enterramientos con restos de cremaciones y los hallazgos materiales relacionados, refuerzan el carácter ritual del monumento, pero generan otras preguntas que estamos por responder. No sabemos cómo eran las ceremonias, ni quién asistía: ¿eran ritos comunitarios o solo iba la élite? Todo ello sin olvidar que su uso se extiende a lo largo de 1600 años, por lo que las costumbres, funciones y ritos pudieron variar de una época a otra.