Un excelente sustituto para obtener alimentos de origen animal de una forma mucho más sostenible es la carne cultivada en laboratorio. Según las estimaciones, cultivar carne en un laboratorio utiliza significativamente menos tierra que la cría de animales convencional y puede reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero que la acompañan.
La colaboración de investigación entre dos instituciones en China ha dado como resultado el desarrollo de albóndigas de cerdo cultivadas en laboratorio que tienen más proteína y menos grasa en comparación con las elaboradas con carne convencional, según ha informado South China Morning Post (SCMP).
En diciembre de 2020, la Agencia de Alimentos de Singapur aprobó la venta de los primeros productos cárnicos cultivados, que se espera que también tengan aprobaciones similares en otros países.
¿Cómo lo han hecho?
Para conseguir carne cultivada, los investigadores necesitan cultivar células obtenidas de los animales en grandes cantidades dentro del laboratorio. Y debe parecerse a la carne real en textura y sabor.
Los científicos chinos han afirmado haber desarrollado una nueva "fábrica de células" para acelerar la expansión de células animales cultivadas en laboratorio, lo que hace posible la industrialización de carne cultivada. Concretamente, han creado un microportador de gelatina porosa 3D comestible como un andamio de expansión celular.
En comparación con estudios anteriores, en los que las tasas de expansión se multiplicaron por 10 en un período de siete días, los investigadores descubrieron que su microportador logró una expansión de 20 veces en el mismo período de tiempo.
Respecto a su contenido nutricional, prepararon un típico plato de albóndigas: las albóndigas cultivadas contenían un 70 por ciento de proteína, un cuatro por ciento de grasa, un seis por ciento de carbohidratos y minerales esenciales como zinc, calcio y hierro.
Ya están trabajando para producirlas en masa.