La pregunta de si sienten dolor los insectos parece tener nueva evidencia a tenor del reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society en el que los investigadores dicen que los insectos deberían incluirse en las protecciones de bienestar animal, particularmente a medida que aumenta la cría de insectos ya que los insectos sienten dolor, 'probablemente' porque tienen el control nervioso central de la nocicepción (la detección de estímulos dolorosos), al igual que los humanos.
Varias líneas de evidencia sugieren que el sistema nervioso central de los insectos procesa el dolor de una manera muy similar a la nuestra. La justificación, de que los insectos no experimentan dolor como lo hacen los animales "superiores", es cuestionada en este trabajo.
Los estudios muestran que la nocicepción y el dolor pueden regularse independientemente uno del otro y han identificado distintos sistemas para la regulación de cada uno.
Los animales (incluidos los insectos) responden a estas señales para limitar el daño a sus cuerpos que podría impedir su supervivencia. El problema reside en si los insectos experimentan dolor a través del sistema nervioso central o si la respuesta está localizada, por ejemplo, en una extremidad lesionada.
El estudio
Los investigadores revisaron la literatura científica disponible al respecto y encontraron varias líneas de evidencia que sugieren que este mecanismo sí que está presente en los insectos. Si bien carecen de los genes de los receptores opioides que regulan a la baja el dolor en nosotros, producen otras proteínas durante eventos traumáticos que podrían tener el mismo propósito.
“La nocicepción es la detección de estímulos potencialmente dañinos o realmente dañinos, que está mediada por receptores especializados: nociceptores”, dijo el profesor Lars Chittka y sus colegas de la Universidad Queen Mary de Londres.
“Puede ir acompañado de la sensación de dolor, que es una experiencia subjetiva negativa generada por el cerebro. La nocicepción y/o el dolor pueden inhibirse o facilitarse (modularse) mediante las neuronas descendentes del cerebro (incluido el tronco encefálico en los vertebrados) llamadas controles de dolor descendente”.
Con base en evidencia conductual, neurocientífica y molecular, los autores argumentan que los insectos probablemente tienen controles descendentes para la nocicepción.
“El trabajo de comportamiento muestra que los insectos pueden modular el comportamiento nocifensivo”, dijeron los investigadores.
"Dicha modulación está controlada, al menos en parte, por el sistema nervioso central, ya que la información que media en dicha priorización es procesada por el cerebro".
La población mundial va camino de alcanzar los 10 000 millones de personas para 2050, y justo las Naciones Unidas han recomendado la producción masiva de insectos como alimento. Sin embargo, si los investigadores tienen razón y los insectos pueden sentir dolor, plantea preocupaciones éticas acerca de criarlos como sustento para la humanidad. ¿Podremos seguir tratándolos como lo hacemos si descubrimos que sienten dolor?
“Esto es moralmente importante, ya que los insectos a menudo están sujetos a estímulos potencialmente dolorosos en la investigación y la agricultura”, expusieron los investigadores.
"La posibilidad de sensaciones de dolor en los insectos también es una consideración importante para modelar los trastornos de dolor en humanos".