El plátano es originario de Malasio y Papua Nueva Guinea, con una prolongada expansión a lo largo de los siglos que lo llevó de Asia al Mediterráneo y continuó su camino, como las Islas Canarias, desde donde zarpó a Latinoamérica en el siglo XVI.
Actualmente, hay más de mil variedades de plátano cultivadas en más de 130 países. En México, 16 estados abarcando casi 80 mil hectáreas y alrededor de 250 mil toneladas al año.
Cuando el plátano es verde, es decir, al estar inmaduro, su principal componente es el llamado almidón resistente, conocido así porque escapa a los procesos digestivos y tiene funciones similares a la fibra alimenticia.
Dado que el consumo de fibra está asociado a menor riesgo de cáncer de colón, investigadores británicos de las Universidades de Newcastle y Leeds diseñador un protocolo a largo plazo para saber si comer plátano inmaduro disminuye el riesgo de cáncer.
Entre 1999 y 2005, casi mil participantes consumieron almidón resistente en polvo o en su efecto un placebo todos los días durante dos años. Tan sólo hubo cinco nuevos casos de cáncer gastrointestinal entre los 463 participantes que habían tomado el almidón resistente, en comparación con 21 casos entre los 455 que tomaron placebo.
De acuerdo al estudio, los efectos benéficos persisten hasta 10 años, luego de dejar el consumo habitual.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que, en México, hay al rededor de 15 mil nuevos casos de cáncer de colón cada año y más de 7 mil muertes debidas a este padecimiento, lo que lo vuelve uno de los cánceres más mortales en México.
Si bien investigaciones previas asociaban otros componente del plátano para prevenir este tipo de cáncer, este es el primero centrado en el almidón de los plátanos verdes. Los resultados se publicaron en el número de esta semana de la Revista Cáncer Prevention Research.