Hace unos 65 millones de años, un asteroide impactó con nuestro planeta. Sabemos que acabó con el reinado de los dinosaurios de la Tierra y ahora, una nueva investigación, ha concluido que, además, provocó instantáneamente incendios forestales hasta 2 500 km desde la zona de impacto.
Un impacto devastador
El asteroide de unos 10 kilómetros de ancho golpeó la península de Yucatán en lo que ahora es México al final del período Cretácico. El cráter de impacto lo conocemos como cráter de Chicxulub y este evento desencadenó la repentina extinción masiva de los dinosaurios, junto con casi las tres cuartas partes de las especies de plantas y animales que vivían entonces en la Tierra.
Las circunstancias detrás de los devastadores incendios forestales que se sabe que fueron causados por esta colisión, lleva tiempo encendido, con varias teorías sobre cómo y cuándo comenzaron, y el alcance de su impacto. En el nuevo trabajo, al analizar diversas rocas que datan del momento del impacto, un equipo de geocientíficos de Reino Unido, México y Brasil ha descubierto que algunos de los incendios estallaron a los pocos minutos, como máximo, del impacto y se extendieron hasta 2 500 kilómetros desde el centro del impacto.
El estudio, publicado en Scientific Reports, describe cómo científicos del Reino Unido, México y Brasil recolectaron y fecharon por primera vez lutitas de depósitos en Baja California, México.
Analizando lutitas
Al estudiar la corteza carbonizada y fosilizada de los árboles arrastrados por el mega-tsunami después del impacto, el equipo de investigación descubrió que los incendios ya habían quemado los árboles antes de que fueran arrastrados y enterrados en los escombros del tsunami. Llegaron a la conclusión de que esto se debió a la bola de fuego del impacto o al calor de las gotas de roca derretida que cayeron a través de la atmósfera inmediatamente después del impacto.
"Al reunir este equipo internacional pudimos aplicar una combinación única de técnicas químicas, isotópicas, paleontológicas, paleobotánicas, químicas y espectroscópicas, junto con el mapeo geológico, en primer lugar para confirmar que las rocas que analizamos datan precisamente del impacto, explica el geocientífico Ben Kneller, coautor del trabajo.
Los depósitos de lutita contenían una alta concentración de iridio, así como esporas de hongos y helechos, que son indicadores del impacto de un meteorito y un mega-tsunami resultante que revolvió los sedimentos. También contenían fragmentos fosilizados de troncos de árboles, partes de los cuales se habían carbonizado a temperaturas superiores a 1 000 °C.
Incendios devastadores
"Hasta ahora no ha estado claro si los incendios fueron causados como resultado directo del impacto o posteriormente, como vegetación muerta por el post-impacto" y la oscuridad causada por los escombros arrojados a la atmósfera fue incendiada por elementos como los rayos. En última instancia, nuestra investigación confirma cómo y cuándo comenzaron estos devastadores incendios y pinta una imagen vívida y bastante aterradora de lo que sucedió inmediatamente después del impacto del meteorito", dice Kneller.
Los científicos determinaron que la corteza ya estaba carbonizada cuando los árboles fueron arrastrados por el mega tsunami, lo que indica que los incendios habían comenzado antes de que llegara la ola. "Esto demuestra que los incendios deben haber comenzado a los pocos minutos, como máximo, del impacto", concluyó el experto.