Este año, Michoacán se ha vuelto el lugar sede de enjambres sísmicos, es decir, un conjunto de temblores pequeños en un sitio a específico, algunos imperceptibles para las personas, que se desarrollan en un periodo corto de tiempo y que comparten el epicentro.
El enjambre sísmico puede durar desde días, semanas y hasta meses. Este fenómeno está relacionado con la erupción de los volcanes, por lo que se ha despertado la alarma entre los académicos.
Cabe destar que entre el 1 de mayo y el 8 de junio de este año ocurrieron 242 microsismos en la región de Uruapan y el corredor volcánico Michoacán-Guanajuato, señala la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“La principal pregunta que nos surge es la posible actividad volcánica, porque México es un país volcánicamente activo, especialmente en esa región, donde hay más de mil 200 volcanes pequeños en el llamado campo de volcanes de Michoacán-Guanajuato”, señaló Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) y actual director del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) UNAM-Costa Rica.
Los enjambres sísmicos son uno de los precursores del nacimiento de un nuevo volcán, y el experto recordó que en esa zona surgió, en 1943, el coloso Paricutín, al cual antecedió una serie de sismos. Por lo que importante la vigilancia científica constante de este fenómeno, que no se sabe cuánto tiempo puede durar.
“Estos enjambres suponemos que están asociados al movimiento de magma, pero no siempre llegan a la superficie. Estos enjambres aparecieron en 1997, 1999 y 2006, y no llegó el magma a la superficie. Tal vez pasa lo mismo ahora, por lo que es muy importante seguir vigilándolos", afirmó.