Un equipo de científicos chinos aseguró tras estudiar un fósil descubierto en el país asiático que la evolución de los antepasados de los cocodrilos para caminar en lugar de únicamente gatear antes de la extinción masiva sucedida al final del periodo Pérmico pudo ayudarles a sobrevivir.
La estructura descubierta al analizar el fósil confirma, según los expertos, que los reptiles dominantes de la época tuvieron la capacidad de adaptarse al calentamiento global y correr, recoge hoy el diario hongkonés South China Morning Post.
El grupo de la Academia de Ciencias de China que realizó el estudio destacó que una extremidad trasera perteneciente a un pequeño animal del Pérmico superior (parecido a un lagarto) mostró que la postura erguida al caminar evolucionó antes de la extinción masiva más grande de la Tierra al final de ese período.
Algunos científicos habían propuesto previamente que los arcosaurios, representados en la actualidad por las aves y los cocodrilos, se volvieron capaces de caminar con sus extremidades perpendiculares al suelo, como los mamíferos, para evitar el calor de la superficie terrestre durante el siguiente período Triásico.
Pero este descubrimiento sitúa en el árbol filogenético a una nueva especie de arcosaurio, que alguna vez incluyeron a dinosaurios y pterosaurios, hace 250 millones de años, cuándo los ancestros de los cocodrilos evolucionaron para caminar erguidos a cuatro patas en lugar de extenderse como las lagartijas.
Fósil chino explica supervivencia del ancestro del cocodrilo tras el Pérmico
El coautor del estudio publicado en diciembre por la revista de revisión por pares The Science of Nature, Chen Jianye, afirmó que el desarrollo de la estructura necesaria para caminar erguidos les había dado a los arcosaurios la capacidad de adaptarse al calentamiento global.
“La evolución de la capacidad para caminar no fue impulsada por el cambio climático, pero tener tal estructura facilitó que los arcosaurios se adaptaran a las condiciones del calentamiento a principios del Triásico”, declaró Chen.
El científico aseguró que la nueva postura, la cual considera fue “clave para correr”, abrió muchas oportunidades para que esta especie de menos de 50 centímetros ocupara nuevos “nichos ecológicos”.
El fósil que permitió el descubrimiento, de unos 10 centímetros de largo, fue hallado en la región de Xinjiang, situada en el oeste de China, cerca de la ciudad de Turpan.
Esta zona es rica en fósiles de vertebrados y plantas de los períodos Pérmico y Triásico.