Las cuatro explosiones que abrieron varios agujeros en los gasoductos submarinos Nord Stream 1 y 2 en septiembre de 2022, provocaron que se arrojaron toxinas enterradas durante largo período a niveles lo suficientemente altos como para amenazar la vida marina durante más de un mes, así lo sugiere un análisis del sitio ejecutado por Hans Sanderson y un grupo de investigadores de la Universidad de Aarhus de Dinamarca y que recientemente fue recuperado por la Revista Nature.
Hay que recordar que el 26 de septiembre pasado, una serie de cuatro explosiones rompieron las líneas de gasoductos Nord Stream 1 y 2, que van desde Rusia a Alemania, mismas que pasan cerca de la isla danesa de Bornholm en el mar Báltico.
Este percance ha liberado más de 100 mil toneladas de metano al mar y a la atmósfera. Hasta el momento está claro quién estuvo detrás de las explosiones, sin embargo la especulación más reciente lo atribuye a un grupo proucraniano.
De acuerdo con Hans Sanderson y su equipo la vista dramática de burbujas saliendo del mar fue solamente la primera preocupación de las consecuencias, las explosiones, pues estas ocurrieron en las cercanías de un basurero histórico para la guerra química, en el que se incluye gas mostaza y agentes de arsénico de la Segunda Guerra Mundial, por lo que desde entonces se apresuraron a averiguar cómo estos químicos podrían afectar la vida marina.
Este es el verdadero impacto de las explosiones
Este grupo de científicos utilizaron décadas de datos de seguimiento de los sedimentos de la zona de la cuenca de Bornholm y fueron auxiliados por modelos hidrológicos de transporte de sedimentos en busca de calcular el impacto de las explosiones. Es importante señalar que se estima que cada explosión fue equivalente en potencia a la explosión de 500 kilogramos de trinitrotolueno (TNT).
Por otro lado, sus modelos han mostrado que las explosiones ocurrieron a unos 70 metros de profundidad, arrojaron un total de 250 mil toneladas de sedimentos que pudieron llegar hasta los 30 metros bajo el nivel del mar.
Sanderson y su grupo han tomado las concentraciones conocidas de varios contaminantes en el sedimento en los que se incluyen el biocida tributilestaño (TBT), además de metales pesados y agentes de guerra química.
En su análisis calcularon cuánto de cada contaminante estaría biodisponible, para luego dar con un umbral de toxicidad para el sedimento. Este estudio predijo que más de 5.8 miligramos de sedimentos suspendidos por litro de agua de mar, los cuales serían dañinos para la vida marina.
Se descubrió que los contaminantes en el sedimento, incluidos el plomo y el TBT, el cual es un disruptor endocrino utilizado para proteger los cascos de los barcos, los cuales representaban la mayor parte de la toxicidad, mientras que el plomo y el TBT por sí solos fueron responsables del 75 por ciento de la toxicidad.
Es importante señalar que el sedimento arrojado por la explosión del Nord Stream 1 contenía contaminantes que superaron el umbral de seguridad durante 15 días, mientras que el gasoducto Nord Stream 2, el umbral se superó durante 34 días.
"Grupo proucraniano", detrás del sabotaje a Nord Stream según inteligencia de EU
Un "grupo proucraniano" está detrás del sabotaje de gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el mar Báltico, aseguró el pasado 8 de marzo el diario The New York Times citando fuentes de inteligencia estadounidense que no identifica. El diario tampoco revela el nombre de este "grupo proucraniano".
Según funcionarios estadounidenses, no hay indicios de que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski esté involucrado en el sabotaje que benefició a Ucrania al mermar la capacidad rusa de amasar millones mediante la venta de gas natural a Europa Occidental, añadió.
La versión difundida por los servicios de inteligencia de Estados Unidos sugiere que los autores eran "adversarios del presidente ruso Vladimir Putin", probablemente ciudadanos ucranianos o rusos, según The New York Times.
Varios medios de comunicación alemanes (el semanario Die Zeit y los canales públicos ARD y SWR) señalaron --también sin fuentes identificadas-- que para la operación se usó un barco alquilado por una empresa con sede en Polonia y "aparentemente perteneciente a dos ucranianos".
A bordo del barco subió un equipo de seis personas -cinco hombres y una mujer- para transportar y colocar los explosivos, añadieron. Los medios alemanes afirmaron haber obtenido la información de entrevistas "con fuentes en varios países".
El asesor presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, escribió en Twitter el martes que "Ucrania no tiene nada que ver con el incidente del mar Báltico y no tiene información sobre 'grupos de sabotaje proucranianos'".
Alemania, Dinamarca y Suecia llevan a cabo investigaciones judiciales sobre la destrucción de los gasoductos.
Sin embargo, "no está clara la nacionalidad de los autores", afirmó Die Zeit, porque se utilizaron pasaportes falsos para alquilar el barco.