Quedan menos de tres semanas para que de comienzo la misión Juice, un proyecto europeo que explorará el intrigante y lejano entorno de Júpiter y de tres de sus grandes lunas oceánicas, y que ha sido diseñado hasta el último detalle por los ingenieros de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Hoy, en una rueda de prensa en la sede de la ESA, en Villanueva de la Cañada (Madrid), los principales responsables del proyecto, han detallado a los periodistas las fases de la misión.
La misión Juice (Jupiter Icy Moons Explorer) de la ESA llevará a cabo observaciones detalladas del planeta gaseoso gigante y de sus tres grandes lunas heladas: Calisto, Europa y, sobre todo, de Ganímedes, que es el principal objetivo de la misión y también el lugar en el que la sonda impactará después de concluir un inmenso reto científico.
Ganímedes es la mayor luna del sistema solar, la única que genera su propio campo magnético que interactúa con Júpiter y la única con un océano escondido.
“Hay que ir a Júpiter para estudiar su entorno, sus lunas y su funcionamiento como sistema para entender la física que gobierna la evolución de los mundos helados”, ha resumido el responsable de desarrollo de actividades científicas de Juice, Nicolás Altobelli.
Juice es un proyecto europeo que cuenta con participación internacional de la NASA, que ha fabricado un instrumento (UVS) y hardware para dos de los instrumentos europeos (RIME y PEP), la Jaxa de Japón y la ISA de Israel, que han contribuido con softwares para varios instrumentos.
España, que tiene “una presencia muy significativa en la misión”, contribuirá con diez científicos, varios instrumentos (subsistemas de la cámara JANUS, del altímetro GALA, de la MGA y de la estructura interna del satélite), y la cooperación de las compañías del sector aeroespacial Sener, Alter, Airbus-Crisa, Airbus Defense/space (Getafe) e INTA, ha destacado Altobelli.
Además, la misión, cuyo coste total -desde la fase de desarrollo hasta el final- será de 1,600 millones de euros, se coordinará desde el centro de la ESA en Villanueva de la Cañada, en Madrid.
Misión europea a Júpiter ultima detalles de un proyecto histórico
Juice protagonizará varios momentos históricos, el primero de ellos en su lanzamiento, ya que se enviará al espacio desde el puerto espacial europeo de la Guayana Francesa en un Ariane 5, el último antes de que la ESA lo sustituya por el Ariane 6 de la compañía Arianespace.
El 1 de abril, la sonda se colocará en el cohete, el 11 de abril se llevará a la plataforma de lanzamiento, y el jueves, 13 de abril, a las 14:15 hora española Juice será lanzado al espacio.
Pero habrá más primicias: Juice será la primera nave espacial en orbitar una luna distinta de la nuestra, Ganímedes, y la primera que se ayudará de la asistencia gravitatoria de la Luna y la Tierra para impulsarse y ahorrar propelente, ha explicado la científica de operaciones de ciencia de la misión Juice, Claire Vallat.
En su viaje, la nave también buscará la asistencia gravitatoria de Venus (una vez) y de la Tierra (dos veces más) antes de ingresar en la órbita de Júpiter, a donde llegará en julio de 2031, después de un viaje de ocho años en los que estará comunicada con la Tierra gracias a la red de espacio profundo.
En julio de 2032, la nave hará dos sobrevuelos a unos 400 kilómetros sobre la luna Europa, 21 sobre Calisto y, en agosto de 2033 se dirigirá a Ganímedes e ingresará en su órbita en diciembre de 2034, “llegando así a su último destino”, donde impactará en septiembre de 2035.
Eso sí, “antes del impacto -ha aclarado Vallat-, la sonda tomará imágenes de alta resolución de Ganímedes y hará mediciones de su exosfera. Después chocará contra una superficie de hielo y roca que está a 1,150 grados bajo cero”, lo que descarta cualquier riesgo de contaminación.
La misión “también afrontará grandes retos operacionales, como resistir el alto nivel de radiación del entorno de Júpiter, y retos térmicos, porque pasará de muy cerca de Venus (que está a más de 200 grados Celsius) y a la sombra de Júpiter (que está a cerca de 200 grados bajo cero)”, según Vallat.
Además, afrontará desafíos, como “adaptar la organización, coordinar a las más de 2,100 personas que trabajarán en el proyecto en todo el mundo, y organizar un plan de observaciones científicas que nos permita responder a los interrogantes sobre las lunas heladas y el sistema joviano en conjunto”, concluye Vallat.