Hace al menos 3.700 años que los humanos no comemos carne de mamut. Ahora, científicos de la compañía de carne cultivada Vow han cultivado en el laboratorio carne de un mamut lanudo. Se trata de la primera vez que se crea carne de un animal extinto.
La albóndiga gigante de mamut se ha expuesto en el Museo de la Ciencia NEMO de Ámsterdam y aún no se puede comer. Para que los humanos modernos puedan degustar la delicatessen, habrá que esperar a que la carne cultivada pase las pruebas de seguridad pertinentes.
"Elegimos la carne de mamut lanudo porque es un símbolo de pérdida, aniquilado por el cambio climático", explicó a la agencia France-Presse, Tim Noakesmith, cofundador de Vow.
"Nos enfrentamos a un destino similar si no hacemos las cosas de otra manera", incluyendo el cambio de prácticas como la agricultura a gran escala y la forma en que comemos, dijo Noakesmith.
La compañía australiana tiene experiencia en crear carne que en nuestro país podríamos calificar de exótica y es que ha investigado con más de 50 especies, entre ellas alpacas, canguros, cocodrilos y pavos reales. En los restaurantes de Singapur ya se puede comer su primera carne cultivada: la de codorniz japonesa.
La carne cultivada se fabrica en biorreactores a partir de células animales, sin sacrificio ni crianza ni cultivos destinados a alimentación de los animales. En el caso del pollo, a grandes rasgos el proceso es el siguiente: las células animales se suelen combinar con ingredientes de origen vegetal, que serían los nutrientes que ingeriría el animal si estuviera en la naturaleza. Posteriormente, las células se convierten en trozos comestibles de carne cultivada. En el caso del mamut la cosa cambia.
Para obtener la carne de mamut, el equipo de investigadores liderado por Ernst Wolvetang, del Instituto Australiano de Bioingeniería de la Universidad de Queensland, tuvo que identificar primero la secuencia de ADN de la mioglobina del mamut lanudo. La mioglobina es una proteína básica que da sabor a la carne.
Como quedaban algunas lagunas en la secuencia de la mioglobina del mamut sin rellenar, los científicos usaron genes de elefante africano, que sería el pariente vivo más cercano del mamut. Posteriormente los insertaron en células de oveja.
El equipo cocinó el “albondigón” en un horno y luego usó un soplete para dorarlo. Lo de probarlo, lo deja para más adelante. “De momento no la comería porque no hemos visto esta proteína desde hace 4.000 años", declaró Wolvetang a France-Presse. "Pero después de las pruebas de seguridad, tendría mucha curiosidad por ver a qué sabe".
"A diferencia de la carne convencional, que procede de animales sucios e impredecibles, la carne cultivada se produce con extrema precisión en instalaciones de producción de alimentos desinfectadas", dijo el experto en proteínas alternativas, Christopher Bryant a la agencia de noticias francesa. "Por ello, la carne cultivada evita los patógenos transmitidos por los alimentos, los antibióticos y otros contaminantes que se encuentran con frecuencia en la carne de animales".
Los responsables de la albóndiga de mamut han querido exponer su creación en un museo de Ámsterdam para llamar la atención sobre el cambio climático, la extinción de especies, el insostenible consumo de carne actual y los alimentos del futuro.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el consumo de carne en el mundo casi se ha duplicado desde principios de los años 60. Según la FAO, la ganadería representa cerca del 14,5 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre. Y mientras tanto el cambio climático no hace más que calentar el planeta.
Se espera que el consumo de carne aumente más del 70 % de aquí a 2050. Es por esto que los científicos no dejan de buscar alternativas como la carne cultivada en el laboratorio y la hecha con ingredientes de origen vegetal.