Con más de 350 kilómetros cúbicos de magma escondidos en su interior, científicos calculan que el Nevado de Toluca puede ser uno de los de mayor reserva alrededor del mundo, lo que lo convierte en un volcán con gran capacidad devastadora en caso de erupción; sin embargo, las posibilidades de este suceso son bajas debido a su condición actual como volcán inactivo.
Así lo ha determinado un reciente estudio publicado por la revista Nature, donde un grupo conformado principalmente por científicos de las universidades de Ginebra y Heidelberg revelaron una manera para medir y predecir cuáles serían las magnitudes de una erupción en los volcanes que no tienen actividad desde hace varios años.
Debido a los años “dormido”, el despertar del Nevado de Toluca o cualquier otro podría ser muy violento, por lo que la técnica utilizada fue la extracción de un mineral dentro de las rocas volcánicas llamado circón, con el que se puede “rastrear la evolución temporal y el estado físico-químico de los cuerpos de magma” ubicados al interior de la corteza terrestre.
El circón, a través de su proceso de cristalización y desintegración, proporciona valiosa información sobre la velocidad de enfriamiento del magma debajo de un volcán. Sin embargo, el magma se almacena a profundidades considerables, aproximadamente de 6 a 10 kilómetros, lo cual dificulta su medición directa.
Se calcula que la última erupción del Nevado de Toluca ocurrió hace aproximadamente 10 mil años, por lo que para nuestra civilización la explosión es un hecho inédito y minimiza a casi cero la posibilidad de que despierte en un futuro cercano; sin embargo, la probabilidad se mantiene siempre presente.
Los científicos, comandados por Gregor Weber, Luca Caricchi, José L. Arce y Axel K. Smith, describen que es importante tener bien monitoreados también los volcanes inactivos, ya que en los últimos 100 años, las erupciones más graves ocurrieron en volcanes donde no había actividad reciente.
"El sistema puede despertarse rápidamente si el suministro de magma profundo comienza de nuevo", señaló Gregor Weber, coautor del estudio.
De acuerdo con el informe, un despertar violento del Nevado de Toluca sería devastador para las comunidades cercanas, pues podría arrojar los 350 km3 que hay debajo, lo que comparan con casi cuatro veces la cantidad de agua que hay almacenada en el lago de Ginebra, en Europa.