El telescopio espacial James Webb de la NASA logró descubrir al agujero negro supermasivo activo más distante detectado hasta la fecha, es decir, uno de los más viejos jamás detectados.
Este hoyo negro no solo es particular por su edad, sino también por lo relativamente poco que pesa (alrededor de 9 millones de masas solares), en comparación con otros, que suelen contener más de mil millones de veces la masa del Sol y son más brillantes.
Por lo tanto, el tamaño de este objeto astronómico, que se encuentra en la galaxia CEERS 1019, que se creó alrededor de 570 millones de años después del Big Bang, es de tamaño similar al agujero negro que se encuentra en el centro de la Vía Láctea, que tiene 4,6 millones de veces la masa del Sol.
Sin embargo, a pesar de su tamaño, el observado por Webb se creó hace mucho más tiempo, por lo que es difícil de explicar cómo se creó tan poco tiempo después de que comenzara el universo.
Los investigadores han especulado desde hace mucho tiempo que los agujeros negros más pequeños deben haber existido antes en el universo, pero no fue hasta que Webb que lo pudieron confirmar.
Además, la fuerza y tecnología del telescopio también permiten identificar con gran precisión cuánto gas está ingiriendo el agujero negro y determinar la tasa de formación estelar de su galaxia.
Así, el equipo descubrió que esta galaxia está ingiriendo tanto gas como puede mientras produce nuevas estrellas.
“Con Webb, no solo podemos ver agujeros negros y galaxias a distancias extremas, ahora podemos comenzar a medirlos con precisión. Ese es el tremendo poder de este telescopio”, celebró Steven Finkelstein, de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, y director del equipo.
Junto a este descubrimiento, los científicos también encontraron dos agujeros negros más de menor tamaño y edad que se crearon 1.100 millones de años después del Big Bang. Además, identificaron 11 galaxias nuevas que nacieron cuando el universo tenía entre 470 y 675 millones de años.
Al igual que el de CEERS 1019, estos dos agujeros negros también son “pesos ligeros”, al menos en comparación con los agujeros negros supermasivos conocidos anteriormente a estas distancias. Son sólo alrededor de 10 millones de veces la masa del Sol.
A su vez, las galaxias halladas están formando estrellas rápidamente, pero aún no están tan enriquecidas químicamente como las galaxias que están mucho más cerca de casa.
“Este conjunto, junto con otras galaxias distantes que podamos identificar en el futuro, podría cambiar nuestra comprensión de la formación de estrellas y la evolución de las galaxias a lo largo de la historia cósmica”, expresó Seiji Fujimoto de la Universidad de Texas en Austin y miembro del equipo.
En el futuro, la NASA especula que será posible que los datos de Webb también se puedan usar para explicar cómo se formaron los primeros agujeros negros, con base a investigaciones sobre cómo crecieron y evolucionaron estos objetos en los primeros cientos de millones de años de la historia del universo.