Nuestros ancestros enfrentaron un periodo crítico de declive poblacional durante el Pleistoceno temprano y medio, lo que resultó en una disminución significativa de los individuos capaces de reproducirse.
Un estudio reciente, liderado por la Academia China de Ciencias y publicado en la revista científica Science, sugiere que este declive, conocido como un "cuello de botella" demográfico, ocurrió hace entre 80,000 y 900,000 años, resultando en la supervivencia de apenas alrededor de 1,300 individuos. Esta reducción masiva en la población ancestral planteó una amenaza seria para el desarrollo futuro de la humanidad.
El equipo de investigación ha identificado cambios climáticos como el principal impulsor de este declive poblacional. Eventos de glaciación que causaron variaciones en las temperaturas, así como posibles periodos prolongados de sequías severas, se consideran razones clave detrás de la disminución de la población. Además, la pérdida de otras especies que podrían haber servido como fuente de alimento para los humanos también contribuyó a la crisis demográfica, según se detalla en un comunicado oficial.
La metodología de la investigación se basó en el uso de un modelo genómico llamado FitCoal, que permitió a los científicos realizar análisis demográficos precisos mediante el estudio de secuencias genómicas humanas. Se examinaron secuencias genéticas de más de 3,154 individuos pertenecientes a 10 poblaciones africanas y 40 poblaciones no africanas.
Los resultados del modelo revelaron que los impactos del "cuello de botella" fueron más pronunciados en las poblaciones africanas. En cambio, en las poblaciones no africanas, se detectaron señales más débiles de este fenómeno demográfico.
Ese período, que se habría prolongado unos 117.000 años, coincide con la época en que muchos investigadores creen que vivió el último ancestro común de denisovanos, neandertales y Homo sapiens.
Un artículo de análisis que publica Science y elaborado por científicos del Museo Británico que no participaron en el estudio, indica que esta teoría del “cuello de botella” tiene que probarse con los fósiles humanos y las pruebas arqueológicas, de los que en ese periodo existe una brecha cronológica en los registros fósiles de África y Eurasia.
El trabajo sugiere además que en aquella transición entre el Pleistoceno temprano y medio solo quedaron unos 1.280 individuos reproductores que fueron capaces de mantener la población durante aquel periodo, pero con una pérdida de diversidad genética.
El equipo, formado también por investigadores italianos y estadounidenses, indica que aunque el estudio ha esclarecido algunos aspectos de los antepasados de principios a mediados del Pleistoceno, aún quedan muchas preguntas por responder.