Un equipo de investigadores europeos liderado por la Universidad de Lausana en Suiza han descubierto la existencia de una especie de murciélago que puede reproducirse sin necesidad de la penetración del órgano sexual masculino en el femenino, un fenómeno único entre los mamíferos.
La asombrosa criatura en cuestión es el murciélago hortelano (Eptesicus serotinus), un quiróptero que habita en diversas regiones de Europa, Oriente Medio y Asia Central. Según informa la Universidad de Lausana en un comunicado, este murciélago es capaz de reproducirse únicamente mediante el contacto del pene con la vagina, sin requerir penetración alguna.
Los científicos han observado que tanto el macho como la hembra, en posición dorso-ventral (boca abajo), mantienen contacto de sus órganos sexuales durante horas para lograr la reproducción, sin la necesidad de la penetración tradicional.
Para llegar a esta sorprendente conclusión, los expertos llevaron a cabo su estudio observando a más de un centenar de parejas de murciélagos hortelanos en tres ubicaciones distintas de Europa: el ático de una iglesia en los Países Bajos, un centro de rehabilitación de estos animales en Ucrania y unas minas de carbón abandonadas en Suiza.
Este descubrimiento representa un importante avance en la comprensión del comportamiento de los murciélagos, animales de hábitos nocturnos que hasta ahora habían permanecido relativamente desconocidos a pesar de la existencia de aproximadamente 1,400 especies.
Uno de los misterios resueltos gracias a este estudio es el desproporcionado tamaño del pene del murciélago hortelano, que es equivalente a una cuarta parte de la longitud de su cuerpo y siete veces mayor que la vagina. Ahora, esta anomalía se explica en gran medida por el método de reproducción a través del simple contacto.
El equipo de científicos involucró a expertos de Ucrania, Países Bajos, Polonia y Alemania, y estuvo coordinado por Nicolas Fasel, colaborador del Departamento de Ecología y Evolución de la Facultad de Biología de la Universidad de Lausana. Además, el Museo de Ciencias Naturales de Vaud, ubicado en Lausana, también participó en esta emocionante investigación.
El estudio se inspiró en las observaciones iniciales de un jubilado neerlandés, amante de la naturaleza, quien se interesó por el comportamiento de los murciélagos que habitaban en la iglesia de su localidad y comenzó a grabarlos en video.