En la vasta escala temporal del universo, la edad de la Tierra, aproximadamente 4.5 mil millones de años, podría parecer un lapso considerable.
Sin embargo, cuando se contempla en el contexto del calendario cósmico, la formación de nuestro planeta se remonta a un 14 de septiembre, más allá del ecuador del año cósmico. En comparación, la aparición de la humanidad se ubica cerca del fin de año, exactamente el 31 de diciembre, a las 22:24 horas. ¿No es sorprendente?
Las rocas más antiguas que se han encontrado en la Tierra, con más de 4 mil millones de años, representan el prólogo de la historia terrestre. A pesar de su antigüedad, este capítulo inicial sigue siendo un enigma intrigante para la comunidad científica.
Recientemente, investigaciones han desafiado la creencia previa de que la tectónica de placas comenzó hace aproximadamente 3 mil millones de años. En cambio, sugieren que las primeras rocas de la Tierra tienen más de 4 mil millones de años, en consonancia con la edad total del planeta.
Pero, ¿qué son las placas tectónicas? Estas son gigantescas piezas del rompecabezas terrestre que componen la corteza sólida de la Tierra y flotan sobre el manto terrestre, que es fluido en comparación. Estas placas chocan, se sumergen y se separan, dando forma a montañas, volcanes, dorsales oceánicas y, en última instancia, a la creación de continentes a lo largo de incontables millones de años.
Según un estudio reciente, durante las primeras etapas de la tectónica de placas, se originaron las rocas más antiguas de la Tierra. Estas reliquias geológicas se encuentran en regiones con placas tectónicas estables y estructuralmente sólidas, como Canadá y Australia.
La formación de la Tierra tal como la conocemos actualmente comenzó hace aproximadamente 65 millones de años, gracias al proceso conocido como deriva continental.
A principios del siglo XX, el científico alemán Alfred Wegener observó la configuración y las formas de los continentes actuales y postuló que encajaban entre sí, lo que llevó a la idea del supercontinente Pangea. Acumuló pruebas convincentes, como la similitud de las costas de los continentes, la edad de las formaciones geológicas, fósiles comunes y climas prehistóricos, para respaldar su teoría.
Según esta perspectiva, el movimiento de las placas tectónicas ha estado ocurriendo durante miles de millones de años debido a la convección global en el manto terrestre sobre el que se asientan estas placas.
Entonces, ¿qué nos revelan los investigadores sobre las rocas más antiguas? La principal hipótesis sugiere que estas rocas se formaron a través de un proceso llamado subducción, donde dos placas chocan y una de ellas se sumerge en las profundidades del manto terrestre.
Durante este proceso, las rocas experimentan presiones y temperaturas extremas, lo que provoca cambios y transformaciones antes de emerger nuevamente a la superficie terrestre.
Aunque algunos geólogos han analizado muestras de rocas con composiciones similares a las de la primera corteza continental en entornos cercanos a la superficie, han concluido que no pueden replicar las mismas condiciones que dieron lugar a las rocas de hace 4 mil millones de años.
Esto respalda la idea de que las rocas más antiguas se formaron a gran profundidad a través de la subducción, dado que es el único mecanismo viable para explicar su origen.
La geóloga Nadja Drabon, de la Universidad de Harvard, sostiene que "es necesario que estas rocas se hayan formado bajo una presión mucho mayor, y para obtener esa presión, el mecanismo más sencillo es la subducción".
Es importante señalar que la corteza terrestre hace 4 mil millones de años tenía temperaturas significativamente más elevadas que las actuales, lo que podría explicar por qué las rocas no necesitaron sumergirse a profundidades extremas para formarse en condiciones similares.
A medida que desentrañamos los secretos de la Tierra, nos adentramos en un enigma que puede arrojar luz sobre nuestro pasado, presente y futuro. Los geólogos de todo el mundo continúan planteándose preguntas sobre nuestro planeta azul, y la investigación en curso nos acerca a comprender mejor nuestro hogar en el vasto cosmos.