Un estudio conjunto de CSIRO (Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth) agencia de Australia y la Universidad de Toronto ha estimado que hasta 11 millones de toneladas de contaminación plástica en el fondo del océano.
Cada minuto, el equivalente a un camión de basura en plástico se suma a esta alarmante cifra. Con proyecciones que indican un doble aumento en el uso de plástico para el 2040, comprender su trayectoria y ubicación se vuelve crucial para proteger nuestros ecosistemas marinos y su vida silvestre.
La doctora Denise Hardesty, científica principal de CSIRO, destacó que esta investigación es pionera al revelar cuánta basura plástica termina en el fondo del océano, donde se acumula antes de fragmentarse y mezclarse con los sedimentos.
“Sabemos que millones de toneladas de desechos plásticos ingresan a nuestros océanos cada año, pero lo que no sabíamos es qué parte de esta contaminación termina en nuestro fondo oceánico”, dijo Hardesty en un comunicado.
El estudio muestra que el fondo del océano se ha convertido en un depósito predominante de contaminación plástica, con entre 3 y 11 millones de toneladas estimadas hundiéndose en sus profundidades.
Alice Zhu, líder del estudio, señaló que esta cifra podría ser hasta 100 veces mayor que la cantidad de plástico flotando en la superficie.
“La superficie del océano es un lugar de descanso temporal de plástico, por lo que se espera que si podemos detener el plástico que ingresa a nuestros océanos, la cantidad se reducirá. Sin embargo, nuestra investigación encontró que el plástico seguirá terminando en las profundidades del océano, que se convierte en un lugar permanente o sumidero para la contaminación plástica marina”, dijo Zhu.
El estudio utilizó datos de vehículos operados a distancia (ROV) y redes de arrastre para predecir la cantidad y distribución del plástico en el fondo del océano.
Los resultados revelaron una acumulación significativa alrededor de los continentes, con el 46% de la masa plástica prevista sobre los 200 metros de profundidad.
“Estos hallazgos ayudan a llenar un antiguo vacío de conocimiento sobre el comportamiento del plástico en el medio marino”, concluyó Zhu, destacando la necesidad urgente de abordar esta crisis ambiental que amenaza la vida marina.