Un equipo internacional de científicos ha alertado sobre un brote de gripe aviar que está afectando a miles de pingüinos adelia en las costas de la Antártida.
Según informes recientes, este brote podría tener graves consecuencias para la conservación de estas aves y otras especies del continente helado.
La líder de la expedición científica, Meagan Dewar, de la Federation University Australia, explicó que durante el verano austral se descubrieron 532 cadáveres de pingüinos adelia en la isla Heroína, en el Mar de Weddell.
Se sospecha que estos ejemplares murieron a causa del HPAIV H5, un subtipo de la gripe aviar.
Dewar señaló que es la primera vez que la fauna salvaje de la región se ve amenazada por un brote de esta enfermedad a gran escala.
Aunque las pruebas moleculares iniciales fueron negativas, se están realizando más análisis de laboratorio para confirmar las causas exactas de estos decesos.
Además, el equipo de científicos está investigando el origen del virus y su posible impacto en el futuro, así como el riesgo para otras especies antárticas.
La llegada del subtipo H5 de gripe aviar a la región ha generado preocupaciones sobre una posible expansión del virus, especialmente entre los pingüinos que se reproducen y crían en colonias.
La crisis climática también podría agravar la situación, aumentando la vulnerabilidad de las especies al virus y sus efectos. Dewar advirtió sobre la posibilidad de eventos de mortalidad masiva entre los pingüinos, lo que podría causar pérdidas significativas para estas poblaciones.
Este hallazgo se suma a informes anteriores que identificaron el virus de la gripe aviar en pingüinos antárticos, resaltando la importancia de monitorear y comprender la salud de la vida silvestre en estos ecosistemas únicos.