Los rayos cósmicos son esenciales para la Tierra, dado que no solo son responsables de las espectaculares auroras boreales y australes, sino que también podrían influir en la formación de nubes y, posiblemente, en extinciones masivas de especies.
Así lo explicó Magdalena González Sánchez, astrofísica del Instituto de Astronomía de la UNAM y experta en rayos gamma de alta energía, durante su conferencia "Rayos cósmicos, mensajeros del universo" en el ciclo "Noticias del Cosmos" del Colegio Nacional.
Estas partículas, que llegan del espacio, impactan en nuestra atmósfera y están mayoritariamente compuestas por hidrógeno (86%), elementos más pesados como el helio (12%) y un 2% de neutrones, neutrinos y rayos gamma.
Su descubrimiento se remonta a 1900 por Theodor Wulf, y fue ampliamente estudiado por Victor Hess a través de experimentos en globos aerostáticos, lo que le valió el Premio Nobel de Física en 1936.
Los estudios en torno a esta energía continuaron y se profundizaron los años siguientes con investigadores como Jacob Clay y Bruno Rossi, explorando cómo el campo magnético terrestre afecta a estos rayos y cómo se distribuyen en el espacio, produciendo cascadas de partículas secundarias al interactuar con la atmósfera.
Observatorio Cherenkov. / Foto Conahcyt
Desde el observatorio de rayos gamma High Altitude Water Cherenkov (HAWC) en Puebla, González Sánchez señala que estos rayos surgen de fenómenos astronómicos como supernovas, agujeros negros y eventos solares, y son fundamentales para entender la composición de la materia ordinaria y los procesos universales.
La relevancia de investigar estos rayos trasciende lo académico; impulsa avances tecnológicos en detección de radiación y fomenta colaboraciones internacionales en campos como astrofísica y meteorología, influenciando nuestro entendimiento del clima y fenómenos atmosféricos.
En el telescopio HAWC, ubicado a 4 mil metros de altura, se usan tanques de agua en lugar de antenas para detectar la luz Cherenkov de las partículas secundarias, permitiendo a los científicos monitorizar rayos cósmicos y gamma de alta energía.
Este instrumento ha sido clave en la identificación de fuentes de rayos gamma y en estudios de fenómenos cósmicos, concluyó González Sánchez.